Con paso seguro, nuestra universidad avanza en un contexto de inseguridad, desigualdad y vientos de guerra. A pesar de estas circunstancias, se ha logrado consolidar una institución que es fundamental para la esperanza de cientos de jóvenes de estratos bajos y medios, y para un territorio que ve en su universidad una posibilidad para el desarrollo económico y social. La UIS es, para la región, un faro de luz que permite el desarrollo del conocimiento y la investigación como alternativas para cimentar un proceso que procure alternativas productivas. Somos una región abandonada por un centralismo asfixiante y una clase dirigente guiada por sus propios intereses.
El proceso de elección del nuevo rector nos ayuda a visualizar el significado que la educación superior pública tiene para nosotros. Darle continuidad al ejercicio que como rector realiza Hernán Porras, es entender y validar un trabajo que muestra hoy a nuestra universidad como una de las tres primeras instituciones más importantes de la educación superior en el país. La UIS es un orgullo para los santandereanos.
El manejo de los conflictos internos, la política de apoyo al proceso de consolidación de la paz, que hoy infortunadamente nos la quieren negar, la presencia en la región y el desarrollo académico e investigativo, nos dan la certeza que tenemos una institución comprometida con la sociedad. Su postura frente a la explotación minera en un ecosistema fundamental para la vida de los santandereanos nos fortalece en la lucha por la defensa de la vida y nuestro páramo de Santurbán.
Hoy se considera fundamental potenciar la capacidad de crear, innovar y emprender. Las humanidades hacen parte igualmente de ese proceso de producir “ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos, poseer una mirada crítica sobre las tradiciones y comprender la importancia de los logros y sufrimientos ajenos.” El futuro de la democracia está en manos de la educación, una educación de contexto, que cultive los sueños, la esperanza y la sensibilidad.
