jueves 13 de julio de 2023 - 12:00 AM

Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana

Sin humanidades, no hay democracia

“Martha C Nussbaum, sostiene que la educación para obtener beneficios económicos, desplazó a la educación para la ciudadanía y que con la marginación de las humanidades de los programas de estudio se descuidan el pensamiento crítico, la empatía y la comprensión de la injusticia.” Las humanidades y las artes, juegan un papel fundamental en la formación de esos nuevos ciudadanos comprometidos con el bienestar y futuro del país.

Son tantos los enemigos de la democracia, que han tratado durante muchas décadas, mantener en la oscuridad a millones de niños y jóvenes. Se les ha negado la oportunidad de avanzar en la construcción de su propio destino. Ellos, los dueños del poder político y económico del país, los que han negado la posibilidad de hacer de la educación pública, una educación humana y de calidad, camino hacia una sociedad justa y en paz. Despojaron la educación de las humanidades y le quitaron los recursos de financiación para alimentar la guerra que les ha dado tantos beneficios.

Las humanidades y las artes en la educación, es una tarea que tiene que hacer parte del proceso de mejoramiento que avanza en el Ministerio de Educación, incluyendo la reforma de la Ley 30. La filosofía, la historia, la literatura, la lectura, la música, la pintura y la creación literaria, deben hacer parte del currículum académico. Nuevas miradas sobre la realidad, la creatividad, la argumentación y el pensamiento crítico, como una actitud constructiva frente a la vida, son herramientas fundamentales para formar las nuevas generaciones. Un amplio sentido de la vida, el respeto al otro y a la naturaleza y la capacidad de asociarse y ser solidarios, estructuran esa persona que va a tener la fortaleza para definir su destino. Una generación capaz de construir una verdadera democracia.

Esa Colombia será posible si todos los que le apostamos a esa nueva visión de país, somos conscientes de las dificultades que tiene el gobierno para lograr concretar sus proyectos de cambio. Tenemos que cerrar filas en defensa de nuestros sueños y el destino de las nuevas generaciones. Abrazar al otro, al diferente. La cooperación y la solidaridad, la autocrítica pensando en nuestro territorio, buscando la unidad de pensamiento, conciliando, nos va a permitir tejer una opción que nos permita demostrar que un Santander y una Colombia distinta, son posibles.

lama0868@yahoo.com

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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