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Oscar Jahir Hernández
Miércoles 28 de agosto de 2019 - 12:00 PM

A qué huele la corrupción en El Socorro

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A basura. A eso huele el gobierno del actual alcalde Alfonso Lineros, quien le ha hecho sentir a los socorranos que muchas de sus decisiones administrativas han sido para favorecer a la empresa Sespa Universal S.A. E.S.P., la cual ha ido asfixiando a los ciudadanos durante los últimos tres años con una de las tarifas de aseo más altas del país, las cuales si bien es cierto que fueron autorizadas por la superintendencia de servicios públicos, esta entidad debe enterarse que el sitio de disposición final ya no queda en Barbosa, y por ende, al acortarse la distancia del transporte, debe disminuirse considerablemente el valor del servicio. Esto lo sabe el alcalde, pero en vez de proteger los intereses de su pueblo, ha venido aumentado sin ningún sustento técnico serio los subsidios a la demanda de aseo para los estratos 1, 2 y 3 en un municipio que no cuenta con un estudio de estratificación, generando con ello que los convenios administrativos celebrados con Sespa por un valor superior a los 1.519 millones de pesos, posiblemente estén sustentados en la validación de unos hogares inexistentes que deben ser objeto de investigación por parte de los entes de control, y de Fernando Carrillo Flórez si es que algún día entiende por donde es que se llega a Santander. Pero lo que debería preocuparle verdaderamente a los socorranos, según lo manifiestan varios actores políticos de la ciudad, es que la tenebrosa alianza entre esta empresa, la chucureña Doralba Márquez y el condenado Alirio Villamizar, quien se cree el dueño del Centro Democrático en Santander, termine volviéndose una realidad. De llegar a ser cierto que este triunvirato va detrás de la privatización de los servicios públicos domiciliarios y de la empresa Aguas del Socorro, patrimonio innegociable de los comuneros, El Socorro podría llegar a conocer 200 años después, el verdadero significado de la frase “abajo el mal gobierno”. A mi familia socorrana le debo mi vida y mi libertad, y por eso defenderé a ese pueblo de cualquier bandido que lo quiera pisotear. Próxima columna: Las “mafias politiqueras” de Marta Lucía Ramírez.

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