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Oscar Jahir Hernández
Miércoles 20 de febrero de 2019 - 12:00 PM

Lo que Hernán Porras Díaz le debe a la UIS

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Si hay algo en lo que sea experto el actual rector de la UIS es en aclarar que la culpa de los fracasos de las empresas en las que ha participado es de todos menos de él. Los diseños que proyectaban la tranquilidad financiera de Metrolínea fueron elaborados por el laboratorio de Geomática que este mismo dirigía, y a pesar de que hoy en día ese sistema de transporte es un desastre, según Porras Díaz esa situación obedece a múltiples factores que no se podían prever, como sucedió con los estudios de Neomundo, el estadio de Barrancabermeja y el intercambiador del Mesón de los Búcaros.

Habiendo aprendido las lides de la contratación desde mucho tiempo atrás, su llegada a la rectoría marcó para los oferentes un antes y un después, porque al observarse la cantidad de observaciones presentadas en los procesos contractuales que se llevan a cabo bajo su égida, queda un sinsabor amargo sobre la manera como se están desarrollando esos procedimientos evaluativos, lo cual se corrobora con los contratos 029 de 2018 y 001 de 2019 concernientes al edificio de Floridablanca, donde la Curaduría Primera ha mantenido a escondidas de los ciudadanos la licencia 0434 de 2016, de la cual solo se vino a saber que existía cuando instalaron la valla informativa el día 15 de febrero de 2019, siete días después de habérsele adjudicado la obra al consorcio ganador, y que gracias a una serie de extrañas “consideraciones jurídicas” por parte de la oficina de contratación, terminaron ganándosela los mismos contratistas que construyeron el edificio del Socorro en el año 2017, procedentes de la ciudad de Ibagué, donde uno de ellos se encuentra involucrado en incumplimientos contractuales y procesos de responsabilidad fiscal ante la Contraloría Departamental del Tolima.

El problema en este caso no es solamente la posible ilegalidad de una licencia, sino la acomodación de factores para que la interventoría también quedara afectada por un cambio en la fórmula de calificación de la facturación que ningún proponente había solicitado.

Nos esperan tres años más para investigar.

Próxima Columna: La desfachatez de Prabyc Ingenieros y Alonso Butrón.

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