Lo deseable es que todos, durante estas festividades que apenas comienzan, sean responsables de sí mismos, de sus familiares y de todas las personas con las que compartan en sitios públicos, para que en un mes celebremos también haber pasado un diciembre amable, pacífico y seguro.
Oscar Jahir Hernández
Un año lleno de verdades
El momento en el que nacemos marca un instante que nos acompañará por el resto de nuestras vidas, de la misma forma como el primer beso que le damos a quien amamos nos conmina indefectiblemente a caer presos en un bello recuerdo. La sociedad nos ha llevado a celebrar cada año los acontecimientos más importantes que vivimos, por eso los cumpleaños, los aniversarios y las festividades.
Personalmente creo en la mística de transformación que produce esa temporalidad en el corazón de los seres humanos, lo cual me lleva a compartir con ustedes la importancia que tendrá para mí el día 18 de julio de 2019, fecha en la que gracias a la oportunidad que me concedieron Alejandro Galvis Blanco y Diana Saray Giraldo, cumpliré un año de estar escribiendo en las páginas de Vanguardia. Mi compromiso con este espacio de opinión solo ha estado marcado por alegrías, siendo la mayor de todas ellas, el haber tenido todo el tiempo la compañía de una mujer a la que adoraré infinitamente, quien con su bondad y cariño me apoyó en cada una de las luchas que enfrenté para poder narrarles una parte de la cruda verdad que como ciudadanos estamos viviendo.
A ella le debo todo, porque si no hubiese contado con su presencia, jamás hubiera tenido la fuerza para acometer juiciosamente la tarea que hoy en día se valora. Mi primera columna fue para ella, como también para ella es la presente. Siempre creyó que esta labor sería importante, y gracias a eso hoy cuento con la amistad de líderes sociales verdaderos, con quienes he labrado el terreno para que esta columna ya no sea mía sino de todos.
Ha sido un año lleno de verdades, en el cual hemos comprendido que tenemos que unirnos como pueblo en la defensa de nuestra dignidad contra los abusos de los malos gobernantes.
Por eso los invito a que no me dejen solo en este esfuerzo, así como le pido a Dios que bendiga por siempre a esa mujer. Adenda: Luis Carlos Hernández, sentémonos a hablar de Vitalogic.
Próxima Columna: El tío Nacho.