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Óscar Rey Vesga
Martes 02 de marzo de 2021 - 12:00 PM

Educación a través del Impacto Colectivo

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Mientras los padres que tienen hijos en colegios privados se preocupan por los protocolos para el regreso al colegio, las herramientas tecnológicas ofrecidas y por supuesto los costos educativos, en el mundo público la discusión es completamente diferente. Baja calidad, infraestructura deficiente, dificultades de aprendizaje y un gremio demandante se suma a todas las exigencias relacionadas al COVID-19. A lo largo de los años, el sector privado ha buscado apoyar al público a través de cientos de pequeños proyectos que buscan desde mejoras en procesos académicos concretos hasta cambios en las dinámicas de convivencia de ciertas poblaciones escogidas. Estas intervenciones, que generalmente son de corto plazo y no pasan de diagnósticos o recomendaciones, están ligadas a los intereses del privado y a la incapacidad del estado de proveer una solución de calidad. Se tiene que empezar a hablar de soluciones de gran impacto y resultados medibles, cuantificables y sostenibles.

Los vehículos de impacto colectivo son un modelo que busca resultados duraderos, mediante la unión de esfuerzos de distintos actores frente a proyectos de gran envergadura. Según los académicos que acuñaron el término, John Kanio y Mark Kramer, publicado por la Universidad de Stanford, cinco etapas garantizan un final exitoso: una agenda común, sistemas acordados de evaluación, actividades compartidas, comunicación continua y una organización central de apoyo. La Fundación Empresarios por la Educación publicó, en noviembre de 2020, un documento que presenta las iniciativas más importantes en el país utilizando estos vehículos. Creo en soluciones utilizando este modelo en pro de trabajar por cerrar brechas educativas y mejorar resultados comparables internacionalmente.

Atrás deben quedar los grandes esfuerzos plasmados solo en documentos, que secretarias de educación y otros órganos reciben, pero no tienen capacidad o peor aún, voluntad política, para ejecutar. Los aliados, que deberían ser más, deben no solo garantizar victorias tempranas sino, resultados duraderos, acercándose a aquellos de países desarrollados. No duplicar esfuerzos, diseñar proyectos de gran impacto, con compromisos claros y precisos, que busquen cambios contundentes en los resultados de la educación en Colombia se necesitan urgentemente.

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