Muchas gracias a las múltiples voces expertas de protesta y al apoyo de miles de padres de familia, nuestros hijos regresan lentamente a sus colegios, usando el modelo de alternancia, camino a la normalidad. Por el bienestar de nuestros niños, el único futuro es la presencialidad, siempre cumpliendo protocolos y límites de aforo.
Mientras estudiantes en primaria y bachillerato de todo el país empiezan a ver los beneficios de la alternancia, algunos padres con hijos en edad preescolar aún no se sienten seguros enviándolos. ¿Es viable dejarlos en casa aprendiendo por internet? La respuesta corta es sí, hay avances demostrados, siempre que haya un trabajo especializado entre colegio, padres y estudiantes.
El desarrollo socio emocional debe primar en su educación. Una clase virtual, una reunión con amigos, ver YouTube e inclusive tiempo en videojuegos son todas actividades válidas, en contextos apropiados y con acompañamiento profesional. Es necesario también que los padres busquen un programa virtual que provea una rutina segura. Mientras en la presencialidad el niño sabía que debía bañarse y arreglarse antes de empezar las actividades preestablecidas por el colegio, hoy los padres han flexibilizado la hora de dormir, el aseo personal y hasta la asistencia a clase según deseos del niño, esto es incoherente. De forma paralela, colegio y padres deben establecer límites claros en las horas de pantalla. Más horas no es mejor, ver el profesor a través de la pantalla 60 minutos seguidos no garantiza el aprendizaje. La atención máxima de un niño preescolar es 15 minutos, ninguna actividad en línea debería superar este tiempo. Finalmente, los padres son corresponsables de garantizar el aprendizaje de sus hijos. Acompañarlos a clases virtuales y ayudarlos en tareas está bien, pero exigiendo autonomía y manteniendo disciplina.
Con un currículo enriquecido por el colegio, las ganas de aprender de los estudiantes y el compromiso y tiempo de los padres la educación virtual es viable. Si consideran que no todas las condiciones anteriores están dadas, el regreso a las aulas es la apuesta segura, aún con los retos que esto ya implica.