viernes 03 de febrero de 2023 - 12:00 AM

Fuera Netflix, bienvenido Señal Colombia

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Columna de
Óscar Rey Vesga

Absurdo que en un mundo inmerso en la tecnología el gobierno quiera bloquear, sin derecho a siquiera debatir, aquellas plataformas que nos han hecho la vida más fácil. Una cosa es buscar instrumentos legales para regular aquellos nuevos modelos innovadores como Uber y similares, pero otra muy distinta es decidir bloquearlos porque molesta a gobernantes o empresarios no dispuestos a entender que el mundo que vivimos lo hace en constante cambio y evolución. Hago un llamado a todas las partes a la reflexión en búsqueda de acuerdos, más allá que bloqueos y marchas o decisiones unilaterales.

El mundo es distinto, hemos encontrado no solo formas más convenientes y eficientes de realizar tareas cotidianas, como viajar, alojarse, hacer compras y mucho más, hemos encontrado formas de empleo y crecimiento económico a las que no teníamos acceso antes. Es entendible que, con el creciente uso de aplicaciones como Uber o Airbnb, servicios financieros como Bitcoin y hasta productos como el Tesla junto a los vehículos autónomos, también han surgido desafíos en seguridad, transparencia y pérdida de poder estatal que exigen regulación gubernamental pero enmarcadas en sano crecimiento y progreso.

En Colombia, tenemos innovaciones como Rappi o Merqueo, dedicados a distribuir mercado y otros productos; La Haus y Habi, que se dedican a la comercialización de inmuebles o Liftit dedicada a la logística de entrega de paquetería. Si bien todas requieren regulación, no podemos permitir que visiones retrogradas del mundo trunquen estos sueños, junto a cientos de miles otros que vienen tras ellos, al final seremos los usuarios finales los que paguemos los platos rotos de una visión populista y demagoga. Querer bloquear estas iniciativas sin dialogo es como “bloquear Netflix y obligarnos a ver Señal Colombia”, como lo vi en algún trino en días pasados.

Bienvenidas las innovaciones que retan el statu quo, pero los desafíos que ellas suponen deben se enfrentados con un diálogo abierto y constructivo, con argumentos y respeto, pensando en el futuro y el bienestar de todos. Ni las marchas, ni los bloqueos, ni el poder a la fuerza.

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