No podemos confiarnos y olvidar que el descuido de nuestras obras de infraestructura, en cualquier momento pueden desencadenar consecuencias catastróficas, pues son elementos fundamentales de la vida urbana que pueden o no estar en riesgo.
Puno Ardila
“La maldición” vino al estadio
—¿Y al fin cómo le fue en el concierto, Osquítar? —preguntó Maurén— No lo vi por allá.
—Nos salimos temprano —respondió el interrogado— porque vimos mucho desorden y se nos acabó la plata. Íbamos con ganas de oír a todos esos artistas de música popular, pero casi no aguantamos porque la logística retrasó mucho la presentación de los grupos y el presupuesto no aguantaba para tomar trago toda la noche. Imagínense que me tocó gastar la plata del arriendo en una sola botella de trago.
—Pues doce horas es mucho tiempo para estar repagando trago a cambio de gente tan lejana a nuestros valores culturales... si es que todavía nos quedan algunos —intervine, con algo de temor de que me atacara Maurén con alguna vulgaridad. Y no me equivoqué, porque enseguida saltó ella con fuerza.
—Oh maigó; ¿cómo puede decir usted semejante cosa? La música popular se llama así precisamente porque todo el mundo se siente identificado.
—De acuerdo con el diccionario, se llama ‘popular’ porque “está al alcance de la gente con menos desarrollo cultural”, y es precisamente lo que acabo de decir —concluí.
—En medio de todo —intervino el ilustre profesor Gregorio Montebell—, esta alcaldía y todas las demás, y la Gobernación, por supuesto, debieran hacer un alto y reflexionar sobre lo que han hecho. Debieran aceptar que han cometido errores crasos, como apoyar eventos de estos, con día de asueto para sus servidores, que terminan con gente atropellada y puñaleada, mientras que nuestros aires tradicionales, pacíficos, melódicos y armónicos son mancillados y parecieran no tener otra oportunidad sobre la tierra.
Para aires y artistas extranjeros, que son apología a la violencia y al desorden, hay recursos abundantes; para la música tradicional y el folclor, limosnas, si acaso.
¿Para cuándo habrá planes de cultura en los municipios y en la Gobernación?; ¿para cuándo una política cultural? ¿para cuándo equidad entre el pago a extranjeros y el pago a los nuestros? Como dice ‘La maldición de Malinche’ de Ochoa y Palomares, «se nos quedó el maleficio de brindar al extranjero nuestra fe, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero».