En días pasados en este mismo espacio se hablaba de las medidas de emergencia que recientemente tomaron las autoridades municipales...
Peticiones al Duque
Viene a la Ciudad del Socorro el “presidente” de Colombia, y andan todos emperifollándose y redactando listas de peticiones para leerle a este curioso mandatario, posta e imagen del nuevo gobierno, que escogió a Santander para uno de sus encuentros populares, e inanes.
Como dijo Leo, “si estoy de buenas me lo pierdo”, así que me dedico a temas editoriales por estos días, en vez de sofocarme entre lambonerías y repulsas. Y sí tengo mucho para pedir, pero no al Duque, sino a los gobiernos de verdad, a los que tienen el verdadero poder: acueductos y vías decentes; políticas claras de gobierno, en cultura, salud, turismo, agricultura, economía, minería, etcétera, etcétera; reglas precisas (y hacerlas cumplir) sobre ordenamiento territorial, y definición del espacio histórico y cultural del Socorro, y que detengan la construcción de esas moles horrorosas al margen de lógicas urbanísticas, e incluso que se manden a demoler las que ya están construidas, y que los funcionarios de Planeación que otorgaron las licencias devuelvan las coimas y vayan a la cárcel.
Bueno, al Duque le pediría -de todos modos, porque tal vez para eso sí tenga la potestad- que deje de andar diciendo que “construye país”, que no es más que un embeleco idiomático que no puede desenchiparse. Debiera, cuando menos, ponerle un nombre realista a sus talleres de fantasía.
Mensæ teguméntum. En busca de peticiones para el Duque, abordé al ilustre profesor Gregorio Montebell —por sus vínculos de afecto con el Pueblito Viejo y su conocimiento de la región—. Su respuesta fue tajante: “Si quiere, le digo qué le hace falta al Socorro, pero ni se le ocurra perder el tiempo —ni hacérmelo perder a mí— con un listado de peticiones que únicamente tendrán valor como parte de las futuras promesas de campaña política; que es para eso que sirven estos encuentros con el pueblo, que, con los tamales, son estrategias clave para no perder el poder. Mejor, deje así, y póngase a trabajar para que tenga cómo pagar el manojo de impuestos que se vienen como un tsunami en esta nueva forma de gobierno en cuerpo ajeno”.