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Puno Ardila
Viernes 03 de febrero de 2023 - 12:00 PM

Que no se repita la historia

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La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró la responsabilidad del Estado colombiano por el asesinato de más de seis mil integrantes de la Unión Patriótica, de manera sistemática, durante más de dos décadas al final del siglo XX, con «participación directa de agentes estatales y de actores no estatales», por “palabra, obra y omisión”.

—¿De qué se trata esto de andar buscando culpables en gobiernos anteriores, en vez de dejar las cosas como están? —dijo Osquítar visiblemente molesto—. ¿De qué se trata tanto problema, si ellos mismos se lo buscaron?

—Se trata de que no se repita la historia —clamó desde un hermoso escaño metálico un socorrano ilustre—.

No se puede matar a quien piensa diferente, solo porque piensa diferente, y deben permitirse las opiniones y las ideas distintas, así sean contrarias.

Con mi papá, liberal hasta los tuétanos, compartimos una enorme admiración por Lucho Osorio, congresista por la Unión Patriótica, y su muerte nos llegó hasta la casa de la mano de una de sus queridas hijas y de su yerno, vecino nuestro.

Con uno de mis hermanos, admiramos al candidato presidencial Jaime Pardo, cuyo deceso me dio mucho más duro, porque, además de haber sido mi profesor, era mi vecino y mi amigo.

Corrían los años ochenta, una década en que la muerte me comió el alma a mordiscos viendo cómo fueron asesinando a muchos amigos míos y a la gente que apostó por una sociedad democrática y en paz.

Como a Lucho Osorio, a todos los seis mil asesinados los acribillaban en cualquier calle, luego de que les pusieron una lápida en el cuello al decir que la Unión Patriótica era un grupo guerrillero.

Todas las evidencias mostraban que el Ejército Nacional y los órganos de fuerza oficiales estaban implicados en cada uno de los casos.

Ahora, más de treinta años después, tuvo que decirlo la Corte Interamericana de Derechos Humanos: el responsable es el Estado; pero NO hay sanciones contra zutano ni mengano, quienes ordenaron y mataron.

Esta decisión de la corte en algo repara; pero nuestros muertos se quedaron muertos, y los asesinos siguen por décadas en la impunidad.

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