Primero
La profesora pregunta por qué ella no tiene novio, si todas sus compañeras, también de trece, tienen un novio. Ella le responde que su novio es el esposo de su tía, un muchacho de diecinueve años; que la acogieron en su casa, a falta de protección paternal. La profesora denuncia de inmediato el hecho, y la pareja va presa.
La estudiante quiso declarar a favor del muchacho, pero no tuvo los medios para desplazarse. Hoy tiene diecinueve años. El desprecio familiar, educativo y social la han revictimizado desde entonces.
El muchacho fue condenado a veinticuatro años (desconozco la pena de su esposa), y los hijos de la pareja están a cargo del ICBF.
Segundo
Un indígena de veinticinco años llegó al centro de salud a recoger a su esposa, una menor de edad que acababa de dar a luz. Cuando se identificó, fue llevado preso, porque no pudo presentar un documento que certificara sus palabras. Él les explicó a los agentes que entre ellos la “mayoría de edad” es distinta, y les insistió en que los rituales en su comunidad son orales, y que fueron desposados de manera formal, de acuerdo con sus costumbres.
Hoy el hombre paga condena.
Tercero
Ella, colegiala aún, es escogida por un gamonal –político y económico– para “cultivarla” hasta que esté más grandecita; pero viendo cómo pasa el tiempo y aumenta la belleza de la chica, algunos años más tarde el político resuelve formalizar el “noviazgo” con la menor. Él tiene entonces cincuenta y tantos años y ella apenas ha cumplido dieciséis. El hombre la hace su amante públicamente y la mete al mundo de la política, y, varios años después, ella resulta haciendo también lo que aprendió de él, y por compra de votos es detenida y condenada; pero se urde un plan y ella se fuga, y luego, por temor, “se fuga de su fuga”, y hoy está escondida en otro país.
Alguien de la familia del gamonal confiesa públicamente la compra de votos, y todos saben de la relación pasada con la entonces menor.
No hay proceso alguno contra el gamonal.
