Publicidad

Rafael Gutierrez Solano
Miércoles 11 de marzo de 2020 - 12:00 PM

No pasa nada...

Compartir
Imprimir
Comentarios

El país ha sido sacudido desde hace muchos años por escándalos políticos, financieros, judiciales, administrativos, de gobierno, etc. siendo enterados gracias a los medios de comunicación que de forma autónoma e independiente nos muestran el estilo particular con el cual se maneja desde la cúpula del poder, hasta el empleo más discreto esta Nación. Como ya nos tienen acostumbrados a que un acto de corrupción tapa otro de peor laya, la comunidad ha entrado en una especie de sopor o adormecimiento, mirando de soslayo casi siempre, gravísimos hechos delictuales que se les imputan a los mal llamados dirigentes, ya sea en el sector público o en el privado. ¿Por qué ocurre este peligroso fenómeno de indiferencia? Porque acá no pasa nada, así sea alarmante y perturbadora la conducta conocida.

Los entes que tienen a cargo las investigaciones, las acusaciones y las condenas –en buena parte de los casos- les tienen temor a algunos personajes que se han tornado intocables, y al séquito de áulicos que se lucran de su poder. Les resulta más beneficioso acomodarse a las situaciones, así las pruebas sean contundentes.

En Colombia ya no importan las razones de hecho o de derecho, sino los compromisos o negocios. Examinen el escándalo que ha aparecido en todas las redes y medios desde hace unas semanas y verán cómo la pita se estira cada vez más hacia el aparato institucional del Estado. Allí cada cual con sus excusas o mentiras, mecanismos primarios para quitarse esos pianos de encima, sin desconocer que debe respetarse la presunción de inocencia y debido proceso.

Ante tanta indolencia y ausencia de vergüenza, quienes tienen la posibilidad de reprochar o denunciar estos comportamientos por la posición que ocupan en la sociedad, se tornan en cómplices silenciosos o neutrales, olvidando que la imparcialidad es hija de la pereza y el miedo. A este sistema político con falencias tan notorias, con tolerancia permisiva hacia el delito y con individuos que se escudan en su mal ejercicio del poder, podernos llamarlo democracia?

Como reza el proverbio popular: si el prior juega a los naipes, ¿qué harán los frailes?

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad