Triste y vergonzoso iniciar el 2020 con la prolongación del exterminio de personas que le están apostando a la construcción de un nuevo Estado donde reine la paz, la tolerancia y el desarme definitivo de los espíritus: los líderes sociales. Como bien lo ha señalado el exministro Camilo González Posso, presidente de Indepaz, estamos presenciando un genocidio que amerita la presencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Es una conducta sistemática y permanente. En estos primeros días de enero están asesinando por lo menos a dos o más de ellos a diario y no cede este infierno.
El Gobierno afirma que los grupos criminales comprometidos en estas brutales matanzas son el Eln, el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc. Si los tienen identificados, ¿por qué las Fuerzas Armadas y de Policía no los enfrentan con todas las armas de la Constitución y los hacen trizas, como ciertos personajes han pretendido hacer con el Acuerdo de Paz?. El cumplir a medias lo pactado también ha generado violencia. En entrevista de El Espectador del pasado 12 de enero, el prestigioso hombre público José Fernando Isaza al preguntársele sobre esta ola de crímenes, expresó que el paramilitarismo al parecer nunca desapareció y “lo que hay es un reforzamiento del paramilitarismo”. Afirma que en esos sucesos también tiene que ver “parcialmente... las declaraciones de altos funcionarios del Estado” que han minimizado estas execrables circunstancias, atribuyéndolas a fenómenos inanes, con lo cual “en cierta forma están diciendo que no hay qué preocuparse por estos hechos”.
Fue contundente Isaza cuando anotó que al gobierno Duque no se le nota “ningún entusiasmo” frente al Acuerdo de Paz y sí una ”oposición abierta” hacia él, como fue una evidente oposición a la JEP, “...un rechazo sustentado, además con argumentos incorrectos...”.
Cuando se afirma que este drama es un asunto de honor del Gobierno, no es suficiente. Lo que vale son los resultados efectivos y no los vemos. Al país se lo están tomando los bandidos a todos los niveles. La insensibilidad de la sociedad ya se percibe y ésta sí sería la peor derrota para la Nación.
