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Rafael Nieto Loaiza
Domingo 18 de noviembre de 2018 - 12:00 PM

A los cien días

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rafaelnietoloaiza@yahoo.com

El Presidente inició con un 54% de favorabilidad, el mismo apoyo que tuvo en la segunda vuelta. Lo normal es que el electo crezca entre su elección y el día de posesión. Que tal cosa no haya ocurrido con Duque muestra una sociedad altamente polarizada y que quienes no votaron por él tiene muy baja disposición a apoyarlo.

La favorabilidad de Duque ha caído al 27%, es decir, pierde la mitad de su apoyo. Ese 50% perdido es de “duquistas” de la segunda vuelta. La erosión se produce dentro de sus votantes. ¿Por qué?

El Gobierno no tiene gobernabilidad como resultado de la composición del gabinete. Solo hay cinco ministros con alguna representación política. Los otros son puros técnicos. Como consecuencia, Cambio y el Liberalismo declararon su independencia, Conservatismo y la U se siente sub representados, y en el Centro Democrático hay una mezcla de frustración y desconcierto porque existe la sensación de que eligieron Presidente pero no tienen gobierno y de que sus competidores se quedaron con porciones importantes de la burocracia.

En el Gobierno hay una fuerte resistencia a la “política”, resultado de la característica técnica del gabinete y de una equivocada extensión del concepto de “mermelada” a la representación política. Por un lado, los técnicos tienden a no considerar los costos políticos de sus decisiones. Si además no han estado en campaña, no conocen las promesas hechas ni las motivaciones de los electores. Como resultado, no consideran los impactos que tendrán sus decisiones entre los votantes. Por el otro, una cosa es el clientelismo y otra muy distinta la representación política, indispensable en los gobiernos de coalición.

El Gobierno carece de un relato en el cual se articulen las decisiones y al cual puedan conectarse los electores. El de Uribe era la seguridad democrática. El de Santos “la paz”. Equidad, legalidad y emprendimiento son complejos y difusos. Se necesita una narrativa de fácil comprensión para todos. Hay promesas incumplidas de campaña que han generado profundo malestar. El aumento de impuestos y no impulsar modificaciones sustantivas al acuerdo con las Farc. La primera molesta a la inmensa mayoría de los ciudadanos. La segunda, al núcleo uribista de los electores de Duque.Una oposición sumamente agresiva y mentirosa que tiene como estrategia doble tomarse las calles y culpar a Duque de lo que solo ha heredado de Santos.

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