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Rafael Nieto Loaiza
Sábado 27 de marzo de 2021 - 12:00 PM

Empleo versus tributaria

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Los confinamientos nos dejaron un desempleo del 17,3% para enero 2021. La pobreza se trepó al 41,9%. Aunque la red de asistencia social es indispensable para evitar una descolgada a la miseria, es un error apostarle como solución estructural. No puede suplir los efectos sociales del empleo. En el 2019, los privados generaban el 95.5% del empleo. No hay manera de que el Estado cubra lo que el sector privado genera.

No hay mejor política social que crear empleo y es el empleo el mejor mecanismo para reducir la pobreza. Desde esa perspectiva habría que mirar la tributaria.

He leído con cuidado el informe de la Comisión de Expertos de la DIAN, el Diagnóstico del Sistema Tributario de la CEPAL y la Reforma para una Colombia post Covid de Fedesarrollo. Hay coincidencias: 1. Los ingresos fiscales han sido tradicionalmente insuficientes para financiar el gasto público. 2. La pandemia aumentó el gasto público, la deuda externa y el déficit fiscal. 3. El sistema tributario es excesivamente complejo y hay que simplificarlo. 4. Nuestra estructura tributaria está desbalanceada. La mayor parte de los ingresos tributarios tiene su origen en el IVA y muy poco en la renta de personas naturales. 5. Hay que ampliar la base tributaria. 6. Hay que examinar exenciones, exclusiones y deducciones. 7. El impacto de la tributación sobre la desigualdad es muy pequeño. 8. Ninguno de los estudios hace una evaluación a fondo del impacto de sus propuestas ni en materia de generación de empleo ni sobre la supervivencia de las micro y pequeñas empresas.

Los independientes y los pequeños y micro empresarios, que son el 98% de las empresas del país y generan el 71% del empleo, apenas empiezan a sacar cabeza después de los golpes feroces que sufrieron por cuenta de los confinamientos y muchos no podrán soportar en este momento subirles los impuestos.

Aumentar los impuestos ahora solo traería como consecuencia mayor desempleo e informalidad, aumentaría la inversión y ahondaría la crisis. Lo que necesitamos es crear tanto empleo como sea posible y de la manera más rápida que podamos. Una reforma que aumente los impuestos va en contra de ese propósito.

Antes de meterle una vez más la mano al bolsillo de los ciudadanos hay que estudiar la naturaleza y calidad del gasto público, recortar los gastos de funcionamiento, ahorrar y ser efectivos en la lucha contra la evasión, la elusión y la corrupción. Y hay que dar tiempo para la recuperación. Después de eso, la pendiente reforma estructural.

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