martes 22 de agosto de 2023 - 12:00 AM

Rafael Nieto Loaiza

Podría haber sido peor

El año de Petro ha sido muy malo pero no tan grave como imaginé.

Las instituciones han funcionado. No es poca cosa. El sistema judicial ha operado con independencia. la Suprema corrigió a Petro y le recordó que el Fiscal no es su subordinado; la Constitucional anunció que suspendería leyes que estén en vigencia para evitar daños irremediables. En contra de la posición de Petro, también respaldó las funciones de control disciplinario de la Procuraduría frente a funcionarios de elección popular. La Procuradora hace su tarea a pesar de la irritación permanente del inquilino del palacio presidencial.

La Fiscalía le recuerda una y otra vez a Petro que no puede violar la ley con la excusa de la “paz total”. Y así como acusa a Zuluaga, nos da la esperanza de que también Santos pague por sus campañas y por los contratos entregados a la multinacional. No le ha temblado el pulso para enjuiciar a Nicolás Petro. Se espera también una pronta decisión contra Juan Fernando Petro. Confiemos en que en estos pocos meses se concreten las acusaciones contra la Sarabia y se apriete el cerco sobre Benedetti y el clan Torres, de manera que sepamos la verdad sobre la financiación de la campaña. Ahora tendrá que lidiar también con el caso del capo de Casanare.

Y este 2023 el Congreso y los partidos políticos han dado muestras de independencia. Petro dejó de tener las mayorías. Lo que se apruebe de las reformas de salud, laboral y pensiones no será en todo caso la versión radical, neomarxista, que quiere el gobierno.

Petro y la izquierda perdieron su discurso. Los escándalos que los rodean redujeron a cenizas su relato. Y no por acusaciones de la oposición sino por los hechos delictivos y las desvergüenzas que protagonizan los de su círculo más íntimo,.

Petro, para rematar, perdió la calle. Hoy es incapaz de sacar a sus huestes. Y la capacidad de movilización popular de la oposición ha sido mucho mayor.

Finalmente, la izquierda tendrá muy malos resultados en octubre. Será, además, un contundente referendo contra Petro. Bogotá, Cali y Medellín dejarán de estar en poder de los zurdos.

Sí, la economía viene mal, la seguridad es un desastre y la corrupción está desbordada. Pero podría ser mucho peor. Al menos tenemos la certeza de que Petro no irá más allá de su período, de que las instituciones funcionan y de que la ciudadanía ha despertado.

rafaelnietoloaiza@yahoo.com

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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