La historia demuestra que las naciones y regiones que han experimentado un desarrollo significativo han sido aquellas en las que el sector público y el empresarial se han unido y compartido responsabilidades y objetivos.
Esta semana hemos tenido noticias espeluznantes. Una: que se ha derretido la capa de hielo que cubría a Groenlandia, el mayor continente de nuestro planeta, lo que significa que las aguas del globo terráqueo subirán varios centímetros en todo el mundo cubriendo territorios habitados por millones de personas. Esta noticia la publicó este diario en forma muy discreta, casi subrepticia, a pesar de enorme importancia. Otra: la matanza perpetrada en una sala de cine, en un suburbio de Denver, Colorado, por el joven norteamericano James Holmes, estudiante universitario de neurociencias y ferviente admirador de los filmes de violencia y terror que trasmiten el cine y la TV de los EE.UU., armado de fusiles, ametralladoras y municiones que había comprado aprovechando la enmienda constitucional que permite a sus conciudadanos, armarse sin ningún control del Estado, el joven asesino penetró al salón de cine donde se estrenaba Batman “The Dark Knight Rises”, asesinó a doce personas e hirió gravemente a cincuenta y ocho. Para los estadinenses tener armas de fuego es una cuestión de honor, un “derecho constitucional” que deben defender como “principio esencial de la democracia”. En la semana siguiente a esta matanza la venta de armas aumentó en Denver un 50%. Otras noticias, nacionales y corrientes: robos al erario, quiebra de los hospitales y de la seguridad social, persecución a las etnias indoamericanas y afro- descendientes, trapisondas de la clase politiquera con sus inveteradas componendas.