domingo 01 de julio de 2012 - 12:00 AM

Roberto Serpa Florez

Galimatías jurídico

Colombia se debate hoy en  galimatías, en  enredos, en líos jurídicos absurdos. Se diría que hemos perdido el juicio, o que la llamada clase política nos ha contagiado su locura y su sinrazón. En El Tiempo encuentro noticias espeluznantes: “Dos mil militares piensan acogerse a sentencia anticipada”. Dice uno de ellos: “Prefiero aceptar cargos y no pagar 50 años de presidio, siendo inocente”. Hace una semana los militares en retiro enviaron una enérgica carta al señor Presidente de la República en la que decían: “Colombia es el único país del mundo que enfrenta un conflicto armado con legislación de paz y sin fuero militar”. No hay normas legales que protejan a los militares de las falsas acusaciones que les hacen delincuentes presos y condenados, que cumplen penas y que a pesar de ello obtienen la plena credibilidad que algunos jueces incautos les atribuyen. El galimatías jurídico llegó al súmmum con  la llamada “Reforma a la Justicia”. Sus  intenciones eran mejorar la administración de justicia proporcionándole al Poder Judicial los recursos presupuestales, administrativos y legales que  permitieran que en Colombia hubiera una pronta, eficaz y cumplida justicia que se aplicara a todos y no solo a “los de ruana”. (Alguien dijo:  “el infierno está empedrado de buenas intenciones)”.  Y aquí viene el enredo. Valiéndose de ardides y artimañas más propias de leguleyos que de “Padres de la Patria”, los congresistas llegaron a unos acuerdos políticos que don Laureano Eleuterio llamaría “componendas” y que el “ignaro e inepto vulgo” colombiano llama manguala. Obtuvieron así, por mayoría, una ley que favorece sus intereses personales y clientelistas, aumenta el poder del Legislativo y disminuye el poder del Ejecutivo. El señor Presidente y su Ministro de Justicia, con la mayor ingenuidad y candor, respaldaron el esperpento jurídico, que algún joven político (y delfín madurado biche) confesó que lo había leído “solo por encima” y confiado en que el Gobierno lo había presentado, lo respaldó con su voto. El señor Presidente de la República y su Ministro de Justicia trataron de retirar la reforma que habían propuesto irreflexivamente al Congreso. Muy tardíamente se dieron cuenta de sus terribles consecuencias. Ahora la solución del enredo es muy difícil. Se ha propuesto anular el proyecto, no publicarlo o declararlo invalido. Renunció el Ministro de Justicia y hasta se ha llegado a proponer que se haga un referendo o una reforma constitucional. En Colombia creemos que todo se arregla cambiando la Constitución Política. O quemando un Ministro como quien quema un fusible.

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