Con mucha más pena que gloria el Alto Comisionado de Paz, Danilo Rueda, abandonó el gobierno del presidente Gustavo Petro, dejando en el momento de su partida una gran cantidad de problemas.
Rodolfo Hernández
Idea maravillosa llevada a la ruina (I)
En Bucaramanga la moto se ha convertido en la línea de transporte “elegida” por una enorme y creciente cantidad de ciudadanos.
Elegida, es sólo un decir, en realidad fueron obligados a refugiarse en esta insegura e incomoda alternativa debido a la ausencia de un sistema de transporte masivo moderno, confortable, económico y bien diseñado.
Lo mismo les sucede a los que se ven obligados a transportarse en su propio carro con los consabidos altos costos de gasolina y parqueadero.
Pero, ¿qué pasó? ¿Qué pasó con Metrolínea? ¿A qué horas la impericia y la falta de planeación de los politiqueros de siempre, desaprovecharon (o se aprovecharon) de la extraordinaria oportunidad que significaba la irrupción de Metrolinea? ¿A que horas le negaron a nuestra ciudad la tan postergada revolución del transporte público que se iniciaba con Metrolínea: una idea maravillosa que desde el inicio se encamino en la dirección incorrecta? ¿A qué horas estrellaron el bus antes de ponerlo en marcha?
Con solo 5 años en servicio, Metrolínea ha dejado de ser la “niña bonita” que a todos nos iba a seducir y se ha convertido en un fracaso que tiene arruinados a los operadores, desencantados a los pasajeros y al borde de la quiebra financiera mas costosa que tendremos que pagar los bumangueses, muy pronto.
En Medellín utilizan el transporte masivo el 85% de las personas que requieren movilizarse; en Pereira y Barranquilla el 42%; en Bogotá, el 29%. En Bucaramanga tenemos el peor porcentaje de Colombia, sólo lo utiliza un 15% de las personas.
¿Por qué ?
Porque cayó en manos de los politiqueros: el mal diseño es producto de una mala planeación. Como consecuencia, todo está mal: la geométrica, el interior, las estaciones, los peraltes, los cruces, los recorridos, la estética.
El interior de los buses y las estaciones no cuentan con los mínimos estándares de confort y sanidad, sin aire acondicionado que resguarde a los pasajeros del calor y los malos olores.
Próximo domingo continuación.