Nuestros deportistas merecen un aplauso cerrado por su presentación en los Juegos Nacionales y todos los torneos a los que asisten, porque logran vencer a sus rivales en las pistas de competición, y también la irresponsabilidad e incompetencia de nuestra dirigencia.
El pago del impuesto de valorización, que no es como se le llama, una contribución, sino un impuesto adicionado, es como esos sistemas de televisión, donde uno paga la cuota de suscripción, pero si quiere ver una película especial por fuera de la programación tiene que pagarla. Así sucede con la contratación oficial, tenemos que pagar un adicional para ver terminadas las obras.
Este invento del pague por ver es muy bueno para la tv. Pero malo, muy malo, pésimo, aberrante y espurio cuando se pone en práctica como una extorsión sobre obras mal planificadas, mal presupuestadas y de todas maneras…mal ejecutadas.
Ya conocemos esta película. El director de la misma fue el alcalde Fernando Vargas, ya que bajo su administración el Concejo Municipal expidió el acuerdo 061 de diciembre de 2010 por medio del cual se expedía el Estatuto de la Contribución de la valorización.
A partir de allí comenzó el rodaje de una historia sin fin que parece inspirada en la película: “Buenos muchachos”. Buenos muchachos los del Concejo de aquellos años que nos legaron esta herramienta impositiva para que los alcaldes cobren lo que ya nosotros hemos pagado
La actual administración intentó aplicar la Valorización inventándose un nombre publicitario para justificarla: Plan Vial Bucaramanga Competitiva para el mejoramiento de la movilidad. Luego, intentó cobrarla otorgando un descuento del 10% y como no funcionó, lo aumentó al 50%.
Ahora, con la sentencia que suspendió el cobro de la Valorización y como dicha sentencia todavía no queda en firme, todos los que pagamos el impuesto de valorización quedamos con nuestra plata en el aire y sin poderla aplicar al pago del próximo impuesto predial.
¡No más! Ya es hora de que llegue a la alcaldía de nuestra ciudad, una nueva cultura. Una cultura de la lógica, de la ética y de la estética. Una cultura ciudadana que se comprometa a revocar y para siempre, el acuerdo de valorización, que es hoy uno de los agujeros negros que desaparece la plata de los ciudadanos.