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Rodrigo Javier Parada
Miércoles 25 de enero de 2023 - 12:00 PM

Impopular pero necesario

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Hace un par de días la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, dio a conocer que promoverá una campaña de recolección de firmas para presentarlas al gobierno nacional, como muestra de la desaprobación de la ciudadanía a un proyecto de ley que desde el ministerio de justicia se presenta ante el congreso de la República, a través del cual se pretende hacer unos ajustes a la política criminal estatal. En plena época electoral la iniciativa de la alcaldesa es más populista que racional. Al contrario, la propuesta del ministro de justicia es necesaria pero infortunadamente impopular.

No lo afirmo yo; lo afirman la evidencia científica (por llamarla de alguna manera) y los más importantes tratadistas del derecho penal y de la criminología: la solución para disminuir los índices de criminalidad está en limitar el número de delitos e imponer penas cortas. Una sanción inmediata y cumplible es más eficaz para lograr una efectiva resocialización, que es finalmente lo que se pretende porque el delincuente debe reincorporarse a los correctos cauces de la legalidad. Por ejemplo: en Colombia las penas de multa que se imponen penalmente llegan hasta los 50.000 millones de pesos hoy día. ¿Quién pagaría una sanción de este nivel? Nadie, por supuesto. Al contrario, todos los condenados se insolventan antes de que el Estado logre iniciar el cobro coactivo.

Lo que desde el ministerio de justicia se propone, no es otra cosa que el resultado de muchos años de análisis y de experiencia, y no puede tirarse a la basura simplemente por intenciones puramente electorales. Es acá donde los gobernantes deben pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. El camino es el correcto y este tema seguramente será analizado por la recientemente conformada Comisión Asesora para la Política Criminal del Estado que, dicho sea de paso, es dirigida por profesionales de altísima calidad. Ya era hora.

Lo cierto es que el país debe entender que al delincuente primario debe resocializársele y brindársele oportunidades de mejora. En el medioevo el objetivo de la sanción penal era la venganza; hoy día, es la humanización. Es impopular, pero es la realidad de a puño que ya va siendo hora de aceptar.

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