jueves 11 de mayo de 2023 - 12:00 AM

Su majestad

Dice la leyenda que a finales de los años 1700`s, Federico “El Grande”, Rey de Prusia (hoy Alemania, Polonia y otros 6 países más), se interesó en construir su Palacio de Sanssouci en la ciudad que hoy se conoce como Postdam. Justo a un constado de este, había un viejo molino que generaba un ruido que incomodaba al monarca, razón por la cual mandó a derribarlo, aun ante la oposición del propietario, que acudió a la Corte de Justicia para evitar verse afectado con el capricho de Federico. Sorpresivamente, la administración de justicia falló a favor del pobre molinero, y este gritó al emperador: “Todavía hay jueces en Berlín”. Cuentan que al final fue indemnizado y se detuvo la demolición del viejo molino que aun hoy está en pie y puede visitarse.

Algo similar sucedió hace un par de días, cuando la Corte Suprema de Justicia llamó la atención del presidente Gustavo Petro, y le exigió respetar la división de poderes estatales, a propósito del incidente ocurrido con el fiscal general de la Nación. A este, el primer mandatario le manifestó que, por ser el presidente de la república el jefe de Estado y la máxima autoridad administrativa, se le debía dar cuentas de sus actuaciones. Palabras más, palabras menos, dio a entender que era el “jefe” de Francisco Barbosa. Muchos de nosotros, con orgullo pensamos: “todavía hay jueces en Bogotá”. Es la dignidad de la administración de justicia la que ha mantenido a flote nuestra cada vez más frágil democracia.

Afortunadamente el presidente aceptó con mesura la invitación de la Corte, y reconoció que había errado cuando dio a entender que el fiscal general era un subordinado del primer mandatario. Y mejor aun, se reunió hace un par de días con los líderes de las altas Cortes del país, enviando un parte de tranquilidad a los ciudadanos. Pareciera entonces que, al menos por ahora, esa faceta de “Su Majestad Gustavo” ha quedado en el olvido. Ojalá.

De todas formas, algo quedó absolutamente claro: la historia se repite. Cuando Alejandro Ordoñez destituyó a Gustavo Petro, lo hizo presidenciable. Hoy el favorecido es Barbosa, y el nuevo jefe de debate es el señor presidente. Paradójico.

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