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Santiago Gómez
Jueves 20 de febrero de 2020 - 12:00 PM

Humanidades

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El papel de las humanidades en las sociedades contemporáneas ha sido subestimado. En un mundo tan complejo como el actual, en el que las lógicas de interpretación de los fenómenos sociales no obedecen a análisis que se limiten a un solo ámbito disciplinar o a claves de interpretación exclusivamente locales o nacionales, resignificar la potencia de los estudios humanísticos para entender qué está sucediendo en el mundo es fundamental.

La educación, dijo Alejandro Gaviria, exministro y hoy rector de los Andes, no puede limitarse a la “instrumentalización del mercado”. La educación debe servir para “vivir reflexivamente”, para entender el contexto y para interpretar la realidad. Las humanidades son imprescindibles hoy más que nunca para construir posiciones críticas, para motivar el cambio y la transformación social, para hacernos conscientes de nuestro lugar en el mundo –lo que es sin duda un requisito para asumir los retos medioambientales que amenazan hoy la sostenibilidad de las civilizaciones-, pero también para, como parafrasea Gaviria en su declaración, “respetar el pasado –y aprender de él- respetando el futuro”.

Así mismo, cultivar y promover posiciones soportadas en un profundo y consciente humanismo desactiva conflictos, promueve la tolerancia y facilita la capacidad de ponerse en el lugar del contradictor. Cataliza la resignificación de espacios y relaciones sociales menos polarizadas que promuevan diálogos constructivos frente al porvenir más adecuado para sociedades en crecimiento y aprendizaje constante como la nuestra.

Las humanidades son hoy más necesarias que nunca, porque los obstáculos que enfrenta la socialización asertiva se han potenciado en las últimas décadas de la mano del advenimiento de nuevas tecnologías que reconfiguran la manera como nos comunicamos y planteamos públicamente nuestras percepciones diversas de las complejas realidades que enfrentamos como colectivos medianamente organizados.

Los beneficios sociales de seguir formando en humanidades trascienden sin duda las lógicas financieras del mercado, pero alcanzarlos efectivamente requiere también de facultades que sean capaces de entender esta realidad y transformarse decididamente para estar al día con las problemáticas y necesidades sociales contemporáneas y más difícil aún, ser capaces de prevenir los obstáculos que irán apareciendo en el futuro.

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