Este año, apenas por su segunda semana, ha estado lleno de noticias de relevancia internacional. El mundo está convulsionado por los ataques de Estados Unidos a Irán y sus consecuencias. La economía sigue esperando el desarrollo de la guerra comercial de Trump y China y las voces en favor de contener el calentamiento global mientras Australia arde, hacen prever un año crítico en materia ambiental.
Pero en 2020 la agenda pública global estará dominada por varios temas adicionales. Las protestas sociales en contra del modelo democrático liberal y la corrupción e ineficiencia de opciones políticas anquilosadas seguirán siendo protagonistas a lo largo y ancho del planeta: Francia, Hong Kong, Cataluña, Argelia, Irán, Líbano, Reino Unido, Nueva Guinea, Zimbabue y varios países latinoamericanos, incluyendo Colombia, continuarán protestando. También 2020 se constituirá como el año en el que se culminó el ciclo de politización del tema climático y será, en consecuencia y de la mano con la entrada en vigencia del Acuerdo de Paris, el inicio de una década de acción más decidida de grupos ambientales y gobiernos responsables.
Este año será el 75 aniversario de Naciones Unidas que enfrenta duras críticas frente a su estructura inapropiada para asumir los retos del siglo XXI. Será un año para aprovechar y promover un debate de fondo en ese sentido, o de lo contrario para empezar a enterrar el multilateralismo potenciado especialmente desde 1989.
En lo económico, la locomotora alemana se hace más lenta y deprime el crecimiento europeo, lo que podría significar la aparición de soluciones heterodoxas que contravienen el orden económico tradicionalmente establecido.
Habrá elecciones en Estados Unidos, mediadas por un eventual pero poco probable impeachment a Trump, que requerirá para hacerse efectivo el apoyo del partido republicano. De esos resultados dependerán muchos de los desarrollos que el mundo pueda esperar de estos macrotemas globales.
Por último, en 2020 la tecnología se consolidará como la nueva frontera del poder político, económico y social en un mundo que masificará la inteligencia artificial, lo que obligará a redimensionar categorías políticas como el nacionalismo, la soberanía e incluso la seguridad.
