Nuestros deportistas merecen un aplauso cerrado por su presentación en los Juegos Nacionales y todos los torneos a los que asisten, porque logran vencer a sus rivales en las pistas de competición, y también la irresponsabilidad e incompetencia de nuestra dirigencia.
Santiago Gómez
Mascotas
Tengo en mi casa dos perros y una gata. Los perros se llaman Figo, con gé, y Pedro, con dé. Figo, que me costó un platal porque es de buena familia, no hace mucho. Es un golden con el pelo largo y churco que se la pasa durmiendo y solo me obedece a mí, él hace lo que yo diga, se deja manipular de su amo. Es manso, principalmente porque ignora lo que sucede a su alrededor, puede acercársele un ladrón y él ni cuenta se da, solo mueve la cola en señal inequívoca de aceptación. Vive bastante desconectado de la realidad. Su mayor actividad se da minutos antes de comer, ahí sí ladra y duro. Incluso alguna vez lo he visto mostrar sus colmillos de manera falsamente amenazante para luego de la comilona retirarse satisfecho a mirar por el balcón, dando una sensación de que está protegiéndonos cuando lo único que realmente le importa es aprovechar el sol y satisfacer sus necesidades.
Pedro, con dé, tiene otra personalidad, claramente distinta y sospechosamente opuesta a la de Figo. Es un labrador chocolate, rescatado de los barrios marginales del sur de la ciudad. Sus orígenes humildes parece saber aprovecharlos muy bien para hacerse la víctima siempre que les servimos la comida de manera simultánea. Es bastante más activo que Figo y siempre está corriendo de un lado a otro. Por su carácter más recio, la gente que se acerca a él le teme y es difícil que aún las personas de su círculo primario confíen plenamente en él.
Sacarlos a la calle es vergonzoso. El otro día íbamos pasando justamente frente a una cárcel y Figo, con gé, hizo el ridículo por no aguantarse las ganas. Traté de hacerle saber que no había estado bien ese desahogo, pero extrañamente no me hizo caso. Pedro, al día siguiente hizo lo mismo en una notaría en la que yo autenticaba unos papeles.
Esperanza, la gata, no interactúa con ellos, creo que principalmente porque entre Figo y Pedro la atacan todo el día. Es la más astuta de los tres pero últimamente se las tiene remontada.