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Viacrucis Vial
Hemos sido testigos del calvario que significa querer salir del área metropolitana y conectarnos con los municipios más cercanos como la Mesa de los Santos, Berlín, San Gil, Barichara, Zapatoca, Barrancabermeja o San Alberto.
Nuestro potencial turístico sencillamente se desvanece ante la experiencia de viajar por tierras santandereanas, donde recorrer uno kilómetro cada 5 minutos es una verdadera preocupación que impacta directamente a nuestra economía regional, al bienestar de los ciudadanos y que, al final, frena cualquier posibilidad de ser competitivos como destino turístico a nivel internacional.
La pregunta entonces es, ¿cuál es la solución a este caos vial?
Entender nuestra limitaciones económicas como región es el primer paso, ya que los municipios y el departamento no tienen la capacidad económica de solucionar este tema. Por esto, la participación del Gobierno Nacional es fundamental para la cofinanciación de estos proyectos, así como también es importante la inversión del sector privado, el cual hoy es escéptico sobre si desarrollar estas iniciativas, especialmente en Santander, dado el activismo ambiental radical que ha afectado la viabilidad económica para ejecutar estos proyectos.
El segundo paso es devolverle la confianza al sector privado para que disponga proyectos de infraestructura con seguridad jurídica y social. Es esencial entender que los peajes y otras formas de financiación, como pueden ser la plusvalía y valorización, son la única opción para construir esta infraestructura.
El tercer paso es reconocer que nuestra topografía dificulta construir carreteras que garanticen desplazamientos rápidos, y por ello es un despropósito pretender compararnos con vías de países desarrollados.
El cuarto paso es reconocer que Santander dejará de ser una potencia en la explotación de sus recursos naturales no renovables. Esto llevará a que Santander logre ser competitiva sólo a través del turismo, y para que ello se dé, la inversión en infraestructura no es necesaria sino obligatoria.
El quinto paso es comprender que no existe una única solución ni un solo responsable, pero sí existe una única estrategia, donde la clase política debe alinearse para entender que el verdadero proceso de transición energética en Santander es el turismo.
Esa estrategia debe estar enfocada en convertir a Santander en un destino turístico que mezcle diferentes medios de movilidad. Por ejemplo: 1.) el transporte aéreo regional que ofrezca vuelos de cortas distancias con aeropuertos calificados en los municipios principales. La ruta Bogotá - San Gil operada por Easyfly es uno de ellos. 2) La inversión en mantenimiento y mejoramiento de la malla vial existente. 3) La construcción de carriles de adelantamiento cada tantos kilómetros. 4) La construcción de vías paralelas a los cascos urbanos con el fin de desviar el tráfico pesado de los municipios interconectados. 5) La estructuración de proyectos para la construcción de trenes de cercanías. 6) La movilidad por cable, para lo que Panachi es un buen ejemplo como modelo replicable para conectar municipios. 7) Los servicios de transporte terrestre especializado, de preferencia bilingües y preparados en servicios turísticos. 8) La capacidad hotelera, por lo que actualizar el ordenamiento territorial es fundamental para construir proyectos sostenibles ambientalmente y que ofrezcan calidad en el servicio. Estas, entre otras, son acciones que deberían entrar en una estrategia enfocada en el desarrollo de infraestructura para solucionar el caos vial y potenciar nuestra capacidad como región turística.