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opinion/columnistas/sergio rangel
Sábado 08 de febrero de 2020 - 12:00 PM

El eco

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He aprendido tanto observando la naturaleza o la actitud de las personas. Quizás mucho más que en las largas horas que pasé en la educación formal. Un día parados en una loma con mi escudero, un hombre nacido en los peñascos del Chicamocha, oímos un aullido lejano como el de una fiera,... ¡Auyuyuyuy..., auyuyuyuy!!! ... ¿Qué será eso Germán? Es mi mujer gritando que ya está el almuerzo. No existían ni en la intención los celulares. Las gentes de estas lejanías se comunicaban a gritos. Un idioma convencional hecho de la necesidad. Seguimos caminando entre riscos y frente a una montaña, me dijo, grite: ... mal parid... Le hice caso, grité muy fuerte y el eco repitió... mal parid... mal parid. Y se silenció en la lejanía. La vida es un eco me dijo Germán. Lo que usted da se le devuelve. La cara que usted pone es la que los demás le devuelven, una sonrisa devuelve una sonrisa. Seguimos caminando, y han pasado muchos años desde esa mañana.

Ahora que leo un artículo de Samuel Kalmanovitz, me viene a la memoria el Eco. Kalmanovitz llegó a la junta del Banco de la República, gritando que era la esperanza de la economía, y lo hizo desde la prensa y la cátedra. Era el que más sabía de la peregrina golondrina viajera que es el dinero. Los ricos oyeron el eco... “ese es, ese es”. No recuerdo cómo le fue a la economía. Pero sospecho que Kalmanovitz está buscando hoy “chamba” donde Maduro. Se le alborotó el “infernal socialismo”.

Dice en el artículo, “Venezuela, en transicion” - ... que el petróleo asesorado por los ingenieros hindúes llega hoy al millón de barriles... que los supermercados están a reventar de mercancías importadas... que Trump ha abierto un canal “encubierto” con Maduro, en donde le insinúa que puede quedarse en el puesto–.

¿Entonces no ha pasado nada en Venezuela? Ese país hospitalario a donde todos llegaron y del cual hoy todos quieren salir. Turba de mendigos y asaltantes. Venezuela ¿ya no es el condor agonizante? Ese dolor de patria que se hace doble por ser el pueblo hermano se sana con las palabras mentirosas del Eco, Kalmanovitz: “Yo soy el mejor, yo sé de economía”, no ha pasado nada en la Patria de Bolívar.

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