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Sergio Rangel
Sábado 08 de enero de 2022 - 12:00 PM

El mundo de los profetas

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Desde tiempos remotos los profetas han ilusionado las masas con el cambio que proponen. Para no remontarnos a la antigüedad y a la Edad Media, ni a las revoluciones burguesas, ni a la Revolución Francesa, recordemos cómo algunos profetas de la felicidad pretendieron acabar con el invento más prodigioso de la humanidad: ...el dinero. Ese papelito que puede no significar nada o valerlo todo.

Lenin en 1923 escribió en la URSS un opúsculo que llamó “La democracia burguesa y la dictadura del proletariado”. En el numeral 14 de aquel escrito dice que: las revoluciones burguesas de los siglos anteriores al siglo XX eran aplastamientos violentos de la resistencia de la mayoría de la población. Mientras que en la dictadura del proletariado se elimina, (físicamente) sean opositores o no, a los terratenientes y capitalistas. Mao Tse Tung antes de tomar el poder en 1946 concede una entrevista a Anne Strong, advierte sin más opciones que “... El poder se deriva del fusil”, legalizando la violencia como instrumento del poder. El Che Guevara, quien se graduó de médico y luego aparece en la revolución cubana, le escribe a su padre... “le estoy cogiendo el gusto a ésto de matar e incendiar el mundo”. Barbaridades y ruina en Nicaragua con Daniel Ortega. Venezuela el dúo Chávez y Maduro, expropiaciones, terror y encarcelamiento de opositores, ruina del país más rico de América Latina. Según los comunistas, la economía no es lo relevante, es la política. De ahí que deformando la historia, cambiando el relato, en estos países llegaron al poder. En Chile legitimaron la explosión social, destruyeron el metro, las Iglesias, y las estatuas de los próceres de la independencia. En Colombia la violencia es una constante, digamos, un polvorín al que no le falta sino el detonante que puede ser la elección de Petro como presidente. ¿Legitimará “la violencia”, como fuente de toda autoridad...? Es posible. Las expropiaciones están anunciadas. Su personalidad es la de un “narcisista” que se adorna como torero en el ruedo, después de un arriesgado lance se perpetuará entonces como dictador. Ya están las milicias urbanas listas, no en cada barrio sino en cada casa, en la URSS, el hijo denunciaba al padre. Así en medio de terror Petro será el soberano vitalicio, un Fidel Castro.

No quiero aparecer como augur de desastres. Miro realidades. El único de los candidatos que tiene votos, porque ha hablado claro y sustancioso al país es Rodolfo. Una dialéctica simple, no robar, no mentir, no traicionar. Si nos falla lo cambiamos. Pero a Petro “dictador” experto en la “táctica y estrategia comunista” no lo tumbaría nadie.

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