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Sergio Rangel
Sábado 09 de abril de 2022 - 12:00 PM

En dónde está el azadón

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De un manual árabe escrito en el Mediterráneo. “Recetas para aumentar las dimensiones de miembros pequeños y hacerlos espléndidos”: “...Frotar en las partes íntimas una mezcla de miel de abejas y jengibre. Producía tal placer que la pareja del hombre no querrá que se baje de ella”. La competencia para abastecer la miel y el jengibre a estos mercados fue feroz, lo dice Frankopan en su libro, ‘Una nueva historia universal’.

En la “economía de mercados” la competencia es feroz y de mucho cuidado. Oigo decir a todos los candidatos a la Presidencia que hay que “desarrollar la agricultura”. ¿Cómo?, ninguno lo sabe. En un mundo regido por la economía de mercados, es temerario enfrascar a los campesinos en una aventura de sembrar lo que se produce en otros países, más barato, con subsidios, tecnología, razones de fertilidad y de estaciones, etc. La economía del campo colombiano es de una complejidad tal que los estudiosos del tema y quienes hemos incursionado por vocación, nos hemos perdido en el campo, como los personajes de los cuentos para niños de Hans Andersen. ¿Qué científico de la economía agraria puede aconsejar hoy el incremento o no de siembras del café por los buenos precios, relacionados con las heladas del Brasil? La agricultura, y especialmente la caficultura, pareciere un juego de azares. La agricultura básica del, “pan coger” también está dentro de ese juego dé suerte. No se puede pensar que con esa agricultura básica se le haga creer al campesino que puede competir en precios y calidades, que señala la economía de mercados del mundo. La producción y experiencia campesina, si se le quiere aprovechar, debe agremiarse en cooperativas eficientes y disminuir la intermediación. Tema de reforma. El 90% de la legislación cooperativa es para que “no se pueda”. El exceso de normas hizo imposible el cooperativismo. Estamos buscando el “azadón” en todas las partes de la finca, menos en la huerta. Buscamos el éxito agrícola en todos los rincones del mundo, y no lo buscamos donde está, en nuestro país. La empresa La Fazzenda, ha hecho un desarrollo que atrae a los estudiosos del mundo de la producción agraria, y la convivencia. Un clúster agrario, metodología, donde la comunidad participa y recibe. Deben existir como en todos los éxitos del mundo, profetas que conduzcan a la tierra prometida. Jaime Liévano Camargo, el profeta que hizo exitoso este proyecto. Toda batalla victoriosa tiene su general. No sé si tenga razón en su excesiva modestia. Hace más ruido un gato al caminar, pero su discreción, inteligencia y audacia son el éxito de aquellas lejanías.

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