La historia demuestra que las naciones y regiones que han experimentado un desarrollo significativo han sido aquellas en las que el sector público y el empresarial se han unido y compartido responsabilidades y objetivos.
“Las patas pa dar patadas/ las manos pa manotiar/ los dedos para peinarse/ y el machete pa trabajar...”
Comentar o explicar un libro me ha parecido una misión abusiva. Es el oficio de los que se creen eruditos sin serlo y que quieren cobijarse con los saberes de otros. La Biblia y El Quijote, los más editados del mundo, han corrido con la mala suerte de ser los menos leídos y sin embargo los más citados. Una biblia imitando los tipos del antiquísimo taller de Gutemberg y un grueso tomo del Quijote, de tapas del cuero del toro estoqueado por Silverio Pérez en la plaza de Linares, cayeron en mis manos por obra y gracia de un habilísimo vendedor de mentiras, quien aseguró me traería el “Leviatán” de Hobbes y otros de brujería antiquísimos. Le hice creer que le creía, porque no hay felicidad más grande para el mentiroso que creerle. Así, en estos menesteres de compar y dejar libros tirados en mi habitación, he pasado parte de la vida. Para mi sorpresa esta semana, mundo mentiroso en el que ni las saludes se regalan, me llegó un libro maravilloso. “Santander Tierra de Saberes”, editado por la UIS. Ni Hernán Porras, el rector, ni Puno Ardila jefe de publicaciones necesitan que se les mencionen por este maravilloso logro, era su deber. Pero al autor de la fotografía y los textos, Cesar Mauricio Olaya Corzo, se ha inmortalizado.
Puede, como lo hiciera algún emperador romano, coronarse él mismo con una rama de olivo, y no necesita de nadie, todos los títulos del libro son un poema...” casita de barro, casita de caña, casita de mi corazón” “viendo llover en enero”, “ La de bajar al pueblo” “...se habla manoteando” .. “ el dulce y amargo sabor de la caña “ ...” Tabaco, el romancero del olvido” ... érase una vez unas gallinas felices” ... vestida de mora una gran señora” ... “ escuchemos la montaña” ... chocolate para el corazón” ... manos a la palma” ...” búfalos volando y tigre colado”
Los textos son diálogo. La fotografía no es pacto de pose campesina, es el santandereano de verdad. Existe firmeza y claridad en el paisaje. Y en la ropa desgastada por el tiempo y en la mugre del trabajo, hay dolor agazapado en el brillo de los ojos. Felicitaciones.