domingo 05 de marzo de 2023 - 12:00 AM

“...Se hace camino al andar”

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Columna de
Sergio Rangel

Gilberto Camargo, mil y mil gracias. Lo mismo a Edwin Gómez Serrano, Víctor Guillermo Sarmiento y Alex Gómez Contreras por el libro escrito por ustedes que llegó a mis manos. Y a todos los que desde la sombra contribuyeron a esta obra: ‘Caminos Históricos de Santander’.

En cada piedra de los caminos hay una gota de sangre, sudor y lágrimas. Repaso el relato de Kafka sobre la Muralla China y me doy cuenta que, como aquella, los caminos se fueron haciendo a tramos, no había otra manera de hacerlo. Ahora lo que cuesta es venerarlos, reconstruirlos, conservarlos, como un ejemplo al trabajo y al esfuerzo que significa domeñar la naturaleza para llegar a algún destino. Que tengan además la enseñanza de la torre de Babel, que se derrumbó por las ambiciones, la confusión y el egoísmo.

“Agua que no has de beber”: “...Que beban agua los bueyes y los doctores en leyes que tienen el cuero duro”. Es una de las tantas frases del Quijote, de humor sardónico que hace tan agradable su lectura. ¿Qué hacer si no podemos beber agua? Según el Acueducto de Bucaramanga, el agua está contaminada con plomo, mercurio y cianuro por la minería que extrae el oro sin control en la región del río Suratá.

Para resolverlo hay que ir a las causas. ¿Son las autoridades de Suratá, Vetas y California las responsables? ¡No!!! Estos fenómenos físicoquímicos de la contaminación del agua se vuelven incontrolables. La política demagógica de la izquierda y los ecologistas de cafetín, que protegen y estimulan el extractivismo de la ‘pobreza’ son los responsables. De esa manera han llegado millones de ‘barequeros’ a Segovia, Antioquia, y a los ríos más importantes de Colombia, con la tecnología del ‘mazamorreo’, el ‘azogue’ y el mercurio.

Hoy están ya en las minas de Vetas. La producción del oro es comprada a los que extraen con mercurio y cianuro. Esa política demagógica para ganar votos tiene que cambiar. La demagogia de la protección de las lagunas azules del páramo de Santurbán, en donde no hay oro, poco llueve, y el agua se forma de la neblina que atrapan los frailejones. Eso no se va contaminar, ni allá se va a dar un picotazo. Pero nos estamos envenenando desde Vetas. Debe haber una solución urgente y drástica. No se trata de defender a las empresas árabes o canadienses. Pero es más fácil con contratos bien elaborados “sin corrupción”, hacerle un seguimiento a una empresa y no a centenares de ‘guaqueros’. Acuerdos interestatales con los países de origen de las empresas interesadas que vigilen el cumplimiento de normas del medioambiente. No es con demagogia populista. Si otros países pueden extraer el oro limpiamente, ¿por qué nosotros no?

Autor
Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia Liberal no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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