No podemos confiarnos y olvidar que el descuido de nuestras obras de infraestructura, en cualquier momento pueden desencadenar consecuencias catastróficas, pues son elementos fundamentales de la vida urbana que pueden o no estar en riesgo.
Faltan pocos días para la primera vuelta presidencial y todavía no acabamos de analizar lo que pasó en las consultas. El mapa electoral del país está cambiando, y todavía no entendemos las implicaciones de estos cambios.
En un ejercicio que hicimos con tres colegas de mi Facultad –Sandra Botero, Laura García y Sebastián Londoño-, estudiamos los patrones municipales de votación en las consultas de marzo y las comparamos con las de la primera vuelta de 2018. Nuestros hallazgos sugieren que la política colombiana entro en una nueva etapa, una más latinoamericana y más típica de lo que ocurre en la región.
Lo primero es que –como sugieren las más recientes encuestas- la izquierda representada en el Pacto Histórico ganó terreno en casi todo el país. Cuando analizamos las elecciones a nivel municipal, encontramos que en promedio el Pacto logró capitalizar cada voto de la primera vuelta por Petro en 2018 en un voto por dicha consulta en 2022. De hecho, en 55% de los municipios, la consulta del Pacto logró aumentar su votación en más de 20 puntos porcentuales con respecto a la votación de Petro en 2018.
También encontramos que, a diferencia del consenso de la opinión pública de los días posteriores, la fuerza política que más perdió es la derecha y no el centro. La consulta de la coalición Equipo por Colombia tan solo logró capitalizar 0.6 votos por cada voto depositado por Duque en 2018. En 258 (el 23%) de los municipios, la derecha perdió más del 30% de la participación en la votación. La derecha sólo logró obtener amplias ventajas electorales en los fortines políticos de Federico Gutiérrez (Antioquia), David Barguil (Córdoba) y Alex Char (Atlántico) y cualquiera que conozca con un poquito de profundidad las dinámicas de la política local de Barranquilla sabe que ese voto charista bien puede ser un voto petrista en primera vuelta.
Uno de los hallazgos que más nos llamó la atención es la transformación en las preferencias electorales de los municipios más pobres. En 2018 un mayor índice de pobreza multidimensional en un municipio estaba correlacionado con un aumento en la votación por Duque, mientras que el efecto era neutro para la votación por Petro. En 2022 este patrón cambió totalmente, puesto que a mayor pobreza multidimensional se observa un aumento en la votación por el Pacto Histórico y una reducción en la votación por el Equipo Colombia. Pareciera así que la derecha no está logrando convencer a las personas de los municipios más pobres de votar por ellos.
Este análisis electoral se evidencia muy bien cuando miramos los resultados en un mapa. Hasta 2018 los candidatos con orientaciones hacia la derecha lograron conquistar el voto de la región andina, mientras que la alternativa conquistaba el voto de Bogotá, Cali, el pacífico y el suroriente amazónico. En las consultas se observa que el patrón cambió, y la izquierda conquista con fuerza el voto de la región andina, además de las dos costas, la Amazonía y gran parte de la Orinoquía.
¿Qué está haciendo la derecha para enfrentar esta flagrante pérdida de atractivo electoral en estratos y regiones del país? ¿Cuál es el electorado que logrará conquistar Rodolfo Hernández? Este análisis continuará.