Pandemia es una epidemia de una enfermedad infecciosa que se propaga fuera de las fronteras de un país. Esto es lo que está sucediendo con la gripe por coronavirus (COVID-19). Como su causa se ha identificado un virus con una secuencia genética 70% similar al coronavirus que generó la epidemia del SARS en el 2012, y que tiene capacidad de transmitirse entre seres humanos. Una persona puede infectar a 2,5 personas, inclusive antes de tener los síntomas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el pasado 30 de enero el brote del nuevo coronavirus como un riesgo de salud pública de interés internacional. A pesar de los esfuerzos de las autoridades chinas para contener su propagación, colocando en cuarentena a más de 40 millones de personas en una amplia región del país, al 25 de febrero se había propagado a 42 países, con 81.000 casos reportados en todos los continentes, de los cuales 2.300 habían fallecido. El pasado miércoles fue confirmado en Brasil el primer caso de infectado en Latinoamérica: un viajero procedente de Lombardía-Italia.
Las autoridades de salud en Estados Unidos declararon la imposibilidad de evitar la propagación del virus en la nación americana, con todas sus implicaciones. Hoy esta infección no tiene cura. Solo se puede ayudar en el tratamiento sintomático y de las complicaciones, con una mortalidad general del 3,4%. Los grandes esfuerzos de los grupos de investigación para desarrollar la vacuna específica pueden tomar un tiempo mínimo de 18 meses.
La última gran pandemia de gripa ocurrió hace 100 años, la llamada gripe española, que causó la muerte de más de 50 millones de personas en Europa. El Ministerio de Salud de Colombia elevó el nivel de riesgo de leve a moderado, y está desplegando una gran campaña en el sistema sanitario para que esté preparado. La forma de propagación del virus es por gotas y entra al organismo por la mucosa de boca, nariz y ojos. Al hablar, una persona puede ser infectante hasta a 80 centímetros de distancia, y al toser hasta a 2 metros.
Los grupos vulnerables lo conforman personas con enfermedades debilitantes que tienen comprometidas las defensas y padecen cáncer, problemas pulmonares o cardiopatías, entre otras. En pacientes mayores de 80 años el riesgo de muerte puede aumentarse hasta el 20%. Se recomienda vacunarse contra la gripa, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, y posterior aplicación de alcohol al 70%. Además, evitar tocarse la cara con las manos, ya que el virus puede sobrevivir en las superficies hasta por una hora, evitar asistir a sitios públicos y aislarse en la casa ante la existencia de infección en la comunidad donde vive. El uso del tapabocas se indica solo en personas infectadas para evitar trasmitir el virus.
Debemos ser conscientes del riesgo inminente para nuestra comunidad y asumir la responsabilidad como ciudadanos de acatar las medidas de prevención.
