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opinion/columnistas/victor castillo
Viernes 08 de noviembre de 2019 - 12:00 PM

El Acueducto recupera el rumbo

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El Acueducto Metropolitano de Bucaramanga es la joya de la corona de la ciudad. De ser en otras épocas la caja menor de la politiquería con manejos dudosos, ha venido transformándose bajo el liderazgo de la actual administración con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fortaleciendo su gobierno corporativo, principal falencia que permitía estar al vaivén de la repartición burocrática de las administraciones al ser acordado por el municipio de Bucaramanga y la Nación sus socios mayoritarios. Nuevas reglas de juego implementadas darán continuidad a las políticas institucionales con transparencia y buenas practicas, permitiendo desarrollar su misión de asegurar siempre el suministro de agua a la ciudadanía y cuidar las fuentes de la misma, recuperar el manejo de las aguas servidas de la ciudad y la construcción de la PTAR del norte que permita tratar el 80% de las aguas que hoy se vierten contaminando nuestras fuentes hídricas de una forma irresponsable. Otra actividad en la que debería concentrarse el Acueducto es el manejo de los residuos sólidos. Se debe crear una verdadera triple A: aseo, acueducto y alcantarillado, como lo hacen las Empresas Públicas de Medellín en forma ejemplar. Esto permitiría a la ciudad integrar los servicios básicos en una sola entidad eficiente, donde la economía de escala con el liderazgo de una sola empresa la convierta en modelo de eficiencia, eficacia y calidad, y que sea importante generadora de recursos económicos para Bucaramanga. La nueva Junta Directiva que se posesionó en septiembre, la cual me honro de presidir, actuará bajo los nuevos estatutos acordados por sus accionistas con el fortalecimiento de su gobierno corporativo en una transformación institucional apoyada por el BID, donde se excluyó la representación política en la misma, con un mandato muy claro en relación al cumplimiento de los diez y seis objetivos del nuevo Plan Estratégico que se construyó con el apoyo del gobierno Suizo orientado a garantizar el valor económico y social para los ciudadanos que son los verdaderos accionistas en un marco de máxima trasparencia, honestidad y eficiencia.

Se deben potencializar los logros obtenidos en el último cuatrienio, donde se pasó de un Ebitda de $25 mil millones en 2015 a $68 mil millones en el 2018, disminución de la deuda de $162 mil a $110 mil millones, con una inversión de $90 mil millones y una calificación triple A otorgada por las calificadoras de riesgo. Jamás se debe volver a poner en riesgo económico la entidad que estuvo casi al punto de la insolvencia y que de forma irresponsable hizo inversiones como la construcción de la represa de Tona, la cual se contrató inicialmente por $127 mil millones y al final resultó costando $350 mil millones.

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