A tres semanas del remezón ministerial y del anuncio del presidente Gustavo Petro sobre el fin de la coalición de Gobierno, la reforma a la salud empieza a tener luz verde. Aunque muchos pensaron que ese movimiento acabaría hundiendo el proyecto, esta semana la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes terminó por aprobar el 85 % del articulado.
La dinámica del debate se centró en agrupar y aprobar primero los artículos menos polémicos, para después llegar a los temas álgidos. Así fue como después de varias sesiones, finalmente el jueves pasado se le dio el ‘ok’ a puntos álgidos como la transformación de las EPS a Gestoras de Salud y Vida, una nueva figura que ya no tendrá el manejo de los recursos.
Con lo aprobado, será la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) la encargada de realizar los pagos a las Instituciones Prestadoras de Salud. Vale recordar que las EPS activas, liquidadas y en proceso de liquidación actualmente tienen una deuda de 23,3 billones de pesos.
Las EPS que decidan mantenerse dentro del nuevo modelo tendrán un plazo de dos años para hacer la transición. Por las funciones administrativas y operativas que desempeñen, recibirán un pago del 5 % del valor per cápita de la población a su cargo y un 3 % más si cumplen ciertos parámetros de calidad.
Todos estos cambios empezarían a hacerse efectivos con la promulgación de la ley, algo para lo que aún queda un largo camino. Está previsto que la próxima semana la Comisión Séptima apruebe la totalidad del proyecto (faltan 22 artículos de 139). Después de ese paso vendrán los debates en la plenaria de la Cámara, la Comisión Séptima del Senado y, por último, en la plenaria del Senado.
Si todo avanza como el Gobierno espera, la reforma tendría que someterse también a una revisión por parte de la Corte Constitucional. Ya hay voces de la oposición e incluso de la misma Procuraduría que advierten sobre vicios en el trámite del debate. Aún es muy temprano y no se sabe si el proyecto de ley saldrá adelante o terminará en el limbo como varios de los intentos por transformar la salud en los últimos años en el país. Lo que sí es claro es que la estrategia del Gobierno funcionó para destrabar las discusiones.
