Publicidad

opinion/columnistas/victor castillo
Viernes 11 de diciembre de 2020 - 12:00 PM

El peligro de mercantilizar el agua

Compartir
Imprimir
Comentarios

La noticia de esta semana sobre la bursatilización del agua ocurrida en la Bolsa de Nueva York y de Chicago genera una alerta mundial. Un elemento fundamental para la vida no puede quedar en manos de inversionistas y convertirse en un negocio, sobre el cual ya aparecieron transacciones de futuros en el mercado de valores americano. Razón tienen los analistas que han pronosticado que las futuras guerras se van a motivar por el agua, así como en el siglo XX muchos de los conflictos mundiales fueron a causa del petróleo. Desde que los ingleses decidieron repartir el imperio otomano a su acomodo para adueñarse del petróleo, se generaron unos conflictos interminables con millones de muertos, generando pobreza en el Oriente Medio.

El fallido modelo económico actual, que ha creado una concentración de la riqueza en el 1% de la población, es absolutamente inviable y debe ser reemplazado por uno que privilegie el bienestar social de la población. Ya en Europa se está gestando un nuevo modelo en el que el cacareado PIB no sea la medida de desarrollo de un país, sino los indicadores como la educación, salud y empleo, entre otros.

Regresando al tema del agua no quiero imaginarme a un burócrata neoliberal generando un símil a los títulos mineros, los innovadores títulos de agua, que nos exponga a entregarles a los especuladores financieros las fuentes hídricas naturales como quebradas y ríos, así como la propiedad de los páramos que son las mayores fábricas de agua. Colombia posee el 50% de los páramos del mundo e importantes depósitos subterráneos de donde se ha extraído tradicionalmente el agua para la agricultura y el consumo humano en la Sabana de Bogotá y muchas regiones del país.

Ya feriaron a Colombia regalando títulos mineros a lo ancho y largo del país. Este grave problema ha enfrentado a los colombianos, específicamente en Santander, donde se han entregado más de 50 títulos mineros en el Páramo de Santurbán para extraer oro y otros minerales preciosos, con una legislación tributaria acomodada durante décadas que beneficia a la industria extractora en contra de los intereses de los habitantes y la nación.

A futuro ya no solo el agua quedará en manos de la especulación, sino también el aire que respiramos. Ya el Invima considera como medicamento el aire comprimido que usamos en los hospitales para los pacientes, decisión que claramente beneficia a las multinacionales que lo venden embotellado a un precio muy alto. Esta situación es muestra de cómo cada vez más se complican las cosas en el mundo. Se requiere urgente que nuestro Congreso legisle que en este país el agua es un bien común para el beneficio de los seres humanos y cerrarle la puerta al riesgo de su mercantilización y especulación.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad