sábado 25 de febrero de 2023 - 12:00 AM

El problema de la movilidad

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Columna de
Victor Castillo

En marzo podría definirse si la primera línea del metro de Bogotá será elevada, como se contrató, o si por el contrario se construirá de forma subterránea, siguiendo la propuesta del Gobierno Nacional y generando un sobrecosto de más de 10 billones de pesos.

De acuerdo con el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, el próximo mes habrá claridad jurídica y técnica sobre la viabilidad de este proyecto para así tomar decisiones. Además de estos conceptos, debe analizarse muy bien el tema financiero porque el Gobierno ha manifestado que se haría responsable de los recursos faltantes para soterrar el metro en la capital.

Son muchos los expertos que coinciden en que con ese dinero sería posible arreglar la malla vial de toda Bogotá. Yo iría un poco más allá y llevaría al debate la posibilidad de emplear esos recursos para implementar el metro en ciudades intermedias, como Bucaramanga.

Nuestra ciudad hoy sufre por no contar con un fuerte Sistema Integrado de Transporte Masivo. Los problemas que históricamente ha tenido Metrolínea con los operadores del sistema han provocado la salida de circulación de varios buses, afectando así rutas, frecuencias y finalmente la calidad de vida de los bumangueses. Esto, sumado a los inconvenientes de acceso, ha llevado a que el número de pasajeros de transporte público caiga año tras año.

El mismo alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas, reconoció que Metrolínea no presta un buen servicio y que, de hecho, “nació muerto”. Esta situación ha sido aprovechada por la informalidad, que cada vez gana más terreno con el mototaxismo, una forma de movilizarse que representa muchos riesgos.

El otro impacto negativo que conlleva un mal sistema de transporte es el aumento del parque automotor. En 2021, el área metropolitana de Bucaramanga tenía registrados más de 799.000 vehículos. De acuerdo con el Programa Bucaramanga Cómo Vamos, si este ritmo de crecimiento se mantiene, en 2026 habría más de un millón de vehículos, lo que supondría una carga excesiva para las vías actuales y un efecto directo sobre la contaminación.

Bucaramanga necesita medidas inmediatas para solucionar esta problemática, pero también una planificación y apoyo del Gobierno Nacional para generar alternativas de gran impacto, como un metro que conecte a toda el área metropolitana de norte a sur. ¿Qué tal acortar los tiempos de traslado entre Bucaramanga y Piedecuesta, que hoy puede tardar más de 60 minutos en algunas ocasiones? Es un sueño que necesita un fuerte respaldo y por el que hay que empezar ya a trabajar.

Autor
Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia Liberal no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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