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Victor Castillo
Viernes 21 de octubre de 2022 - 12:00 PM

Incertidumbre e inflación

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Inflación es el término de moda en el mundo. Entre los múltiples factores que pueden provocarla, hay cuatro que sobresalen. El primero es un aumento en la demanda, con un exagerado apetito por adquirir bienes que el mercado no es capaz de producir. Otra causa es el aumento de los costos de producción por el alza en los precios de la materia prima, los impuestos y la devaluación de la moneda. En tercer lugar se encuentra la especulación, en la cual el mercado sospecha de futuros aumentos en los costos por razones políticas, climáticas u otras, y decide anticiparse a ese escenario. Por último, está la emisión de dinero de forma indiscriminada por políticas monetarias de la banca central.

Todas estas cuatro causas se mezclaron para dar como resultado la actualidad que vivimos. Estamos pasando por lo que se considera es una ‘resaca’ de la pandemia del COVID-19, que ya había sido advertida por los expertos en el tema.

Hace dos años y medio, la aparición del SARS-CoV-2 generó la mayor crisis de salud del último siglo. Lo jamás imaginado obligó a los gobiernos a ordenar cuarentenas generalizadas, que sumadas al pánico de la población, provocaron un gran impacto en la economía mundial. Soluciones como subsidios exagerados y apalancamientos para estimular la recuperación financiera, produjeron un rebote económico.

Las medidas tomadas promovieron el ahorro en muchos hogares y en la economía en general. En contraste, la oferta de productos disminuyó como consecuencia del cierre temporal de diferentes fábricas en todo el mundo, especialmente en China por la falta de materia prima, como microchips, y la crisis de los contenedores. El tener más compradores que productos desbalanceó la ecuación. Igualmente ayudó a este fenómeno la especulación y el manejo dado por los gobiernos, que muchas veces generan pánico al realizar anuncios incoherentes con la realidad.

En el caso colombiano, algunas de las posturas políticas del nuevo Gobierno han provocado un alto nivel de incertidumbre en el mercado, que se ha traducido en la devaluación del peso y una mayor inflación. Para evitar una crisis profunda es necesario que el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, desactive todas esas bombas y genere un mensaje que calme las aguas turbulentas.

Ya dio un muy buen paso en ese sentido el Dr. Ocampo, al declarar esta semana que el Gobierno tiene compromiso con la estabilidad macroeconómica y garantizará el cumplimiento de la regla fiscal y la transición exportadora hacia productos no petroleros. Ojalá que este discurso sea respaldado realmente por todo el gabinete y el mismo presidente.

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