Todavía me cuesta trabajo entender por qué Barrancabermeja no es reconocida como una de las tres ciudades más importantes de Colombia. Tiene todo para que en sí misma sea una de las grandes.
Geográficamente está en el corazón del país, es bordeada por el río Magdalena para llegar al mar y al suroriente colombiano, a ella llega la vía férrea, tiene aeropuerto, y una renovada carretera doble calzada en construcción que la comunica con Bucaramanga y Medellín. Es desde hace varias décadas la capital petrolera del país y desde su refinería sale el 50% del combustible en Colombia.
Barrancabermeja debería tener un protagonismo mucho más grande en la economía del país, pero tiene que ser potenciada con una rehabilitación del río y de su puerto fluvial, para permitir el tránsito de embarcaciones más grandes hacia el caribe colombiano.
Llegó a preocupar mucho ese anuncio que alcanzó a hacer el gobierno anterior en el cual los recursos para potenciar el puerto de Barrancabermeja fuesen destinados al puerto marítimo de Barranquilla, y no porque la capital del Atlántico no lo merezca, sino porque resulta más estratégico para una visión de país que esa arteria que es el Magdalena pueda ser habilitado para transportar grandes cantidades de carga con muchísima más eficiencia, menores costos, más seguridad e, indudablemente, una menor contaminación.
No es para nada estratégico que las grandes cantidades de carga en nuestro país se transporten casi que oligopólicamente a través de camiones que contaminan muchísimo, densifican el tráfico en nuestra precaria red vial de carreteras y avanzan a velocidades muy bajas.
En estos días, una comunicación de los entes territoriales, la bancada parlamentaria y varios dirigentes gremiales, ha respaldado los muy buenos esfuerzos que realiza una organización como ProSantander para liderar y estimular la mirada hacia Barrancabermeja como el verdadero gran centro logístico de Colombia.
Ojalá el presidente Gustavo Petro entienda la relevancia de la potencial multimodal de Barrancabermeja para la carga seca en mayores volúmenes y aún más en esta lógica de la transición energética. Al Magdalena Medio no lo debemos dejar solo, es injusto no retribuirle todo lo que hace por la economía colombiana.
