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Víctor Solano
Miércoles 16 de diciembre de 2020 - 12:00 PM

Plásticos de un solo uso

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Actualmente cursa trámite en el Congreso, un proyecto de ley que busca prohibir la fabricación, importación, exportación y comercialización de plásticos de un solo uso que, según se ha dicho, entraría en vigencia, de manera gradual y durante dos años, a partir de 2025.

El proyecto sería aplicable a las bolsas para paquetes, bolsas para periódicos, revistas, facturas y alimentos de consumo inmediato y a granel; mezcladores, pitillos, cuchillos, tenedores, cucharas y vasos de plástico no reutilizables y de productos de poliestireno expandido; soportes de copitos de algodón y plásticos utilizados en el sector de la construcción para protección de vidrios, puertas, baldosas y accesorios de baño.

El proyecto es muy positivo en la medida en que uno se da cuenta de que de verdad muchos de esos usos del plástico son prescindibles o, al menos, reemplazables por otros materiales.

Muchos de nosotros comenzamos con la práctica de llevar nuestras propias bolsas de tela para empacar los productos comprados en supermercados, así como no usar pitillos plásticos en los restaurantes. Eso, sin lugar a dudas, atenúa la demanda y, por ende, la producción de plásticos que luego van a dar a basureros en el mejor de los casos, pero muchas veces también a ríos y bosques.

La industria de plásticos es muy grande y nos hemos acostumbrado a su uso por comodidad. No quiero satanizar este material que sin lugar a dudas ha sido uno de los inventos más increíbles y más rápido crecimiento en los siglos XX y XXI. El problema, como ocurre tantas veces, no es del material, sino de las decisiones de uso que tomamos los seres humanos.

Las nuevas generaciones alrededor de todo el mundo nos están enseñando que los plásticos pueden ser sustituidos en muchos casos por nuevas prácticas o por otros materiales de más fácil degradación.

Cada vez más aparecen nuevos emprendimientos de producción de bolsas y cubiertos confeccionados con fibras naturales procedentes de productos como la piña o el maíz, entre muchos otros. Es una esperanza y una nueva veta de negocios.

Esperemos que los intereses privados no logren con corrupción o al menos con lobby, tumbar este proyecto.

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