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Víctor Solano
Miércoles 30 de diciembre de 2020 - 12:00 PM

Que no nos cambien, cambiemos nosotros

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No fue un año fácil. Para muchos, un año para olvidar. Nos pusieron a prueba y nuestro sentido de la resiliencia fue retado al máximo. ¿Y si 2021 es igual “o peor”? ¿Qué vamos a hacer?

Fueron muchos los desafíos que hemos tenido: Trabajar desde la casa, criar a los hijos mientras trabajamos, perder los almuerzos con los amigos, dejar de ver a nuestros abuelos para protegerlos, ausentarnos de muchos lugares como bares, restaurantes, dejar de asistir a conciertos multitudinarios, perdernos esas vacaciones para las que habíamos ahorrado.

Nadie dimensionó lo que viviríamos y solo muy pocos estaban preparados logística y emocionalmente para vivir casi diez meses de este año en cuarentena. La salud pública demandaba acciones que entraron en conflicto con muchas de las actividades económicas tal como las conocíamos.

Las empresas experimentaron muchas incertidumbres; miles de empresarios se devanaron los sesos viendo cómo podrían pagar la nómina del próximo mes. Muchos no lo consiguieron.

Pero en medio de todo surgieron miles de iniciativas para el auto sostenimiento y aún más conmovedor, para ayudar a otros. En cientos de hogares nacieron emprendimientos desde lo más escondido de los talentos para convertirse en mermeladas, muebles, adornos, tortas o servicios de todo tipo. Nos llamaron a “reinventarnos” y lo hicimos.

Hoy aún es válido sentir angustias, pero lo que no nos podemos permitir es morirnos en ellas. Uno de los desafíos más grandes fue salirnos de la zona de confort. A pesar de que este año en lo muy personal sufrí el dolor más grande de mi vida (perder un hijo que venía en camino), es un año al que le debo agradecer por sacudirnos, por enseñarnos que lo importante siempre lo hemos tenido al lado: La gente que queremos y que a veces descuidamos por estar detrás de una pantalla.

¿Pudo ser mejor? Posiblemente ¿Pudo ser peor? También. Por eso amemos, vivamos, agradezcamos, soñemos y construyamos un mejor 2021. Y si el próximo año es igual o más duro que éste, pues que nos lo manden que aquí lo atendemos. Al fin y al cabo ya sabemos de qué material estamos hechos.

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