Los ríos, en estado crítico
El pasado lunes, este medio publicó el diagnóstico dado por expertos en áreas protegidas de la World Wildlife Fundation, WWF, sobre el estado de conservación del recurso hídrico de las cuencas Sogamoso, Suratá y Tona, en Santander. De acuerdo con este importante estudio, los recursos hídricos en nuestro departamento tienen dicultades por la deforestación, presiones por actividades petroleras y la minería ilegal, de forma tal que es necesario asumir de forma inmediata una labor de conservación de la alta montaña. Según las voces de los expertos de la WWF, siempre se habla de la conservación del páramo, pero se deja del lado el bosque y se debe entender que todo este ecosistema funciona de una manera integrada. Este diagnóstico muestra que en el caso del río Sogamoso, la deforestación por actividades agropecuarias, las quemas, los monocultivos y la contaminación ponen en riesgo el futuro de este afluente.
A su vez, la cuenca del río Suratá, que junto con Río Frío y Tona son quienes surten el Acueducto Metropolitano, ha perdido el 12% de su masa por deforestación, lo que ha significado que disminuya el volúmen de agua, especialmente cuando bajan las lluvias.
A pesar de que sabemos que al agua es irremplazable y el líquido vital para todos los seres, seguimos actuando como si aún no entendiéramos que si no cuidamos las cuencas hídricas es la propia existencia la que está en vilo.
Aquí es donde se hace necesaria la actuación de las entidades creadas para proteger el medio ambiente, principalmente las corporaciones de defensa.
Frente a los ojos de todos, los santandereanos vemos cómo se deforestan las cuencas, se talan árboles, se contaminan los afluentes hídricos y la inoperancia de estas entidades hace que estos hechos continúen sin freno y sin sanciones. Bastaría una simple revisión a las obligaciones de compensación de árboles de quienes emprenden construcciones y obras de infraestructura para entender que la responsabilidad ambiental sigue siendo la última de las prioridades, cuando debiera ser la primera.
Una vez más desde este espacio pedimos que las autoridades ambientales dejen de ser la caja menor de los políticos y el lugar donde se pagan los favores y se conviertan en lo que deben ser: los protectores del medio ambiente y, en cierta manera, los garantes de la supervivencia ambiental. Y por supuesto que en esta superviviencia estamos comprometidos todos.