Y de nuevo perdió Bucaramanga
Esta semana, por tercera vez, la coalición mayoritaria del Concejo de Bucaramanga hundió el proyecto que buscaba autorizar a la Alcaldía, en cabeza de Rodolfo Hernández, para adquirir un empréstito por $50 mil millones, que destinaría a reparar la malla vial de la ciudad.
Según el concejal liberal Wilson Mora, hundieron la iniciativa “basados en argumentos jurídicos, argumentos financieros y en unos argumentos económicos que se deben de cumplir para este tipo de proyectos”. En opinión del concejal, el proyecto no cumplía “los requisitos que se requieren para un proyecto de inversión pública con deuda pública”. De esta forma, la ciudad se quedó sin la posibilidad de iniciar un proceso de recuperación de la deteriorada malla vial y, de nuevo, los que pierden son los ciudadanos, que deben lidiar todos los días con unas calles rotas, que deterioran los vehículos, demoran los desplazamientos y lo más grave, ha cobrado varias vidas.
Por supuesto que se aplaude la tarea juiciosa de un Concejo preocupado por la técnica y la viabilidad de las iniciativa que pasan a su estudio. ¡Que afortunada una ciudad con concejales preocupados por los alcances de cada proyecto que se necesita, que dan debates profundos desde lo jurídico, lo técnico y lo presupuestal! Pero claramente, este no es el caso. La reiterada negativa de la mayoría opositora al gobierno de Hernández a estas propuestas no es más que una especie de revanchismo de los concejales, en su mayoría liberales, que perdieron su manejo en la administración.
Fue Wilson Mora precisamente el gerente de la terminal de transportes que fue separado de la gerencia por solicitud del alcalde Hernández, tras las denuncias de este medio de haber haber apalancado su elección en la terminal. Y lo mismo ocurre con los otros concejales de la coalición mayoritaria, que manejaban nombramientos y contratos en distintas secretarías e institutos descentralizados del orden municipal y que perdieron esta influencia en la nueva administración.
Esta pugna de poderes que no pudo superarse a lo largo de la actual administración es la que tiene a Bucaramanga sin la posibilidad de avanzar. Entre insultos de parte y parte, acusaciones y revanchas, los bumangueses asistimos una vez más al triste espectáculo de ver las pocas iniciativas de gran impacto que ha tenido esta administración hundidas en el Concejo. Y al final solo hay un gran perdedor: Bucaramanga.