Un balance más que positivo dejó para Bucaramanga y para los santandereanos la realización de los juegos finales de la Copa América Femenina en el estadio Alfonso López. Se vieron partidos de gran nivel, la Selección nacional ganó su cupo al mundial y los olímpicos, y jugó un partido final frente a un rival de mucho poder, como Brasil, sin que demeritaran las nuestras, pues aunque el resultado fue de 1-0 en contra, en la cancha, el fútbol que se vio fue el de dos equipos con nivel muy similar.
Y si en lo deportivo el resultado fue ampliamente satisfactorio, en lo organizativo también lo fue y Bucaramanga se posicionó sobradamente como una sede ideal para la Selección Colombia de Fútbol Femenino, pues las jugadoras recibieron de la ciudad un trato más que de hinchas, de anfitriones cariñosos, que respetaron su condición de seleccionadas nacionales, que colmaron el estadio en sus partidos y animaron a las deportistas sin reserva alguna. La afición local, que tanto ha sufrido y esperado la primera estrella del Atlético Bucaramanga, volcó hacia la tricolor femenina toda esa pasión, para animarlas a luchar por el título, cosa que ellas hicieron con entrega y sin desmayo.
Y así como las jugadoras cumplieron, y cumplió la afición, los gremios de la ciudad, la prensa, el comercio y cada una de las piezas que debían encajar para que el torneo suramericano fuera un éxito, cumplieron a cabalidad su papel, con lo que se pudo demostrar que Bucaramanga está lista para sortear grandes desafíos, no solo en el campo deportivo, sino también en el del arte, la ciencia, la economía, la representación social, porque tenemos ya la madurez suficiente y las instalaciones idóneas para realizar ferias, congresos, convenciones, presentaciones de grandes artistas, rondas de negocios, etc, como lo hemos visto en los últimos años.
Poco a poco y en todos los campos, Bucaramanga ha ido pasando de esa etapa de ciudad pequeña, tranquila y bonita, a la de una ciudad mucho más fuerte, madura y desarrollada, capaz de responder con su infraestructura, sus instituciones, su cada vez más valioso recurso humano, su próspera economía, a toda clase de certámenes y oportunidades que le presenta este nuevo siglo. Tenemos un sector privado que también ha madurado nuevos liderazgos y que, junto con el sector público, es capaz de articularse y producir excelentes noticias y resultados como el que acabamos de mostrar con la Copa América Femenina, que fue un gran triunfo para el fútbol y para la región.