Crece el sicariato en el área metropolitana
Se produjo ayer un nuevo caso de sicariato en el área, esta vez en Floridablanca y con esto llegamos, cuando menos, a la trágica cifra de seis homicidios de esta modalidad en los últimos ocho meses, una estadística que no solo preocupa a la ciudadanía, sino que debería llamar la atención y la acción tanto de las autoridades civiles de los municipios conurbados, como de la policía metropolitana que parece, al menos en algunos aspectos, perder terreno frente a cierto tipo de delitos.
Además del caso de ayer, tenemos otros que se dieron en Bucaramanga, ocurridos en Cabecera, El Diamante, el barrio Caldas y un caso más, quizás el de mayor impacto para la opinión pública, como fue el que sucedió en el centro de la ciudad, a una mujer que amamantaba a su bebé en el interior de un bus, a quien le dispararon desde la acera. La víctima era pieza clave de la Fiscalía en el asesinato de cuatro personas ocurrido en Pereira, en 2015.
Una vez más desde este diario queremos llamar la atención de los responsables de la seguridad frente a estos casos particulares de sicariato en tanto son expresiones violentas de la mayor crudeza, que no solamente suelen poner en riesgo la vida de personas inocentes que se encuentren en los alrededores de los hechos, sino que causan un impacto muy fuerte en la percepción de seguridad de los ciudadanos en general.
Por otra parte, el hecho de que se hayan presentado seis casos de sicariato entre diciembre de 2018 y agosto de este año, en una ciudad que nunca tuvo a este delito como frecuente en su historia, demuestra que, evidentemente hay factores en el hampa local que están haciendo que cambien su comportamiento y es claro también que la ineficacia de la policía para contenerlos ha hecho que se produzca un ascendente número de estos delitos.
Pero, como siempre lo hemos destacado al tocar estos temas, la responsabilidad en estos casos no radica exclusivamente en la policía, puesto que, si bien es la fuerza que debe actuar directamente frente al delito, son las políticas de seguridad que se trazan en conjunto con las alcaldías las que, en el mediano y largo plazo, pueden garantizar la contención del delito, así como la tranquilidad de los ciudadanos.
No puede pasar como un hecho más la aparición y aumento sostenido del sicariato en Bucaramanga y los municipios vecinos. Este tipo de delito contiene en el fondo señales muy serias de deterioro social que debe identificarse, enfrentarse y corregirse, muchas veces con políticas relacionadas con educación, trabajo y oportunidades de toda índole, que suelen ir mucho más allá que el simple diseño de medidas represivas, obviamente necesarias.