El dopaje ronda nuestro deporte
El ciclismo colombiano está en la mira de la Unión Ciclística Internacional (UCI) y de Coldeportes, por casos de dopaje que han sido demostrados en los últimos meses, proceder que compromete a varios ciclistas nacionales en hechos que son independientes entre sí.
No es la primera vez que ello ocurre y por lo vivido en oportunidades anteriores, los dirigentes de tal deporte, los cuerpos técnicos y los deportistas, tienen amplia información sobre las consecuencias que conlleva el incurrir en tales comportamientos irregulares. Por ello preocupa que se siga cayendo en dichas conductas.
En las últimas décadas, destacados deportistas colombianos han sido severamente sancionados por demostrárseles que consumieron sustancias prohibidas para los deportistas de alto rendimiento. Entre otros casos se rememora lo que ocurrió en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 con el atleta Diego Palomeque, en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en 2007 con el ciclista Libardo Niño, en el Mundial de Patinaje de 2011 con la patinadora Jenny Paola Serrano, en los Juegos Olímpicos de 2004 con el lanzador de jabalina Noraldo Palacios, en los Juegos Olímpicos de 2004 le sucedió a María Luisa Calle, caso que posteriormente fue revocado. Y no son los únicos.
Así, el problema del dopaje no es nuevo en nuestro medio y que pese a ello haya deportistas que incurren en tales procederes deja mucho que desear y evidencia que hay anormalidades en el seno de varias disciplinas deportivas, más cuando el mismo director de Coldeportes, Ernesto Lucena, señala que el dopaje, no solo en Colombia, es un secreto a voces.
El problema es grave, pues cuando un deportista de 25 años de edad incurre en dopaje, está ya inmerso en un vicio del que difícilmente podrá salir.
En la práctica de varias disciplinas deportivas los jóvenes colombianos se han destacado desde hace décadas, como ocurre con el ciclismo, el patinaje, el fútbol, las pesas. En tales deportes el buen nombre del país resalta, pero si nuestros deportistas adquieren fama de ser débiles ante el dopaje, lo que se ha edificado durante cerca de 70 años, paso a paso y dificultad tras dificultad, saltará en astillas.
Las autoridades deportivas deben proceder con severidad, para que no quede sombra alguna de complicidad ni de laxitud.