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Editorial
Lunes 22 de julio de 2019 - 12:00 PM

El preocupante aumento en la cifra de homicidios

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Publicó este medio una información que da cuenta de que en Bucaramanga, durante los primeros seis meses de 2019, la tasa de homicidios se incrementó en un 29%, respecto al mismo periodo de 2018. En lo que va corrido del año, 53 personas han sido asesinadas en la capital santandereana.

La intolerancia y las disputas generadas por el dominio del negocio del microtráfico siguen siendo las principales causas de los homicidios que han tenido lugar en Bucaramanga en este primer semestre del año. Lamentablemente, vidas inocentes que nada han tenido que ver con estas disputas o riñas también han caído, como la de una menor de tres años que murió como consecuencia de una bala perdida.

De estas dolorosas cifras de muerte, cuatro de las personas asesinadas han sido mujeres y 49 hombres, mientras 28 de los crímenes se ejecutaron con arma de fuego y 25 con arma cortopunzante.

Aunque algunos de estos crímenes han ocupado el interés de la opinión pública por sus características, como el de Amory Ojeda, la mujer chilena que fue denunciada como desaparecida y posteriormente su cuerpo fue encontrado calcinado, en un hecho perpetrado por quien entonces era su pareja, otros pasan casi que desapercibidos por los habitantes de Bucaramanga. Pero ocurren y de una manera cada vez más frecuente.

Sin duda ha crecido en la ciudad la intolerancia y la violencia. El respeto por la vida como el bien supremo está ausente en la convivencia diaria de quienes habitan la capital santandereana.

Preocupa que una ciudad que se ha caracterizado por décadas por ser un lugar considerado por el resto de colombianos como “un buen vividero” haya perdido gradualmente su tranquilidad y se enfrente hoy a un preocupente aumento en las cifras de homicidio como el que se está presentando. Los altos índices de riñas y de violencia intrafamiliar dan cuenta de que hemos convertido a la agresión física una respuesta constante a la hora de enfrentar los conflictos.

Preocupa también que Bucaramanga se haya convertido en un lugar donde las mafias del narcotráfico se disputan el control territorial. Si bien hay que destacar el trabajo constante de la policía metropolitana en la lucha contra este flagelo, la ciudad se enfrenta hoy a ser el escenario de las mafias del microtráfico que llenan hoy de miedo sus calles.

Sin duda necesitamos trabajar en tolerancia y respeto por la vida. Y un trabajo tienen también las autoridades en perseguir a quienes quieren robarse la tranquilidad de nuestra ciudad.

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