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Editorial
Martes 21 de abril de 2020 - 12:00 PM

El sector educativo requiere conectividad y actualización en tecnología

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Como se temía, a pesar de los esfuerzos de las secretarías de Educación del área metropolitana, no comenzó del todo bien el proceso de implementar clases virtuales en los colegios oficiales que inició hace dos días, no porque haya faltado voluntad o compromiso de parte de los municipios, los docentes o los alumnos y sus familias, sino porque lo que ha aparecido como serio impedimento es la falta de conectividad y equipos de parte de una gran cantidad de estudiantes residentes en los barrios más pobres de la ciudad, lo que deja al desnudo una situación que hoy implica una clara y muy perjudicial inequidad en el acceso a las nuevas tecnologías, circunstancia clave en la legítima aspiración general de reducir la distancia que existe entre las comunidades que viven en las escarpas y quienes habitan en la meseta.

Por ahora lo que ha quedado de manifiesto es que, por una parte, no existe conectividad en todos los sectores de la ciudad y su área metropolitana, mucho menos en el resto del departamento, por lo que un alto número de estudiantes no pueden recibir las clases; pero, además, hay quienes tienen conexión a internet pero carecen de equipos o los que tienen son anacrónicos y de capacidad insuficiente para la exigencia que impone la virtualidad, como recibir clases con decenas de participantes a la vez. Sucede también, como consecuencia de la poca relación de muchas familias con estas tecnologías, que no hay en los hogares personas con la capacitación suficiente para apoyar a los niños en asuntos técnicos o informáticos y por esa razón también se pierde la fluidez en las clases, pues no todos pueden avanzar al mismo ritmo.

En sucesivas mediciones, desde hace varios años, el área metropolitana de Bucaramanga ha liderado en el país el índice de penetración de internet, lo que nos deja ver una realidad aún más preocupante y es que el acceso a las herramientas tecnológicas que marca hoy la posibilidad de progreso de una persona es muy bajo, lo que constituye una carencia muy preocupante, pues si la mayoría de los colombianos, y en nuestro caso los santandereanos y bumangueses no tienen los medios para prepararse adecuadamente, estaremos rezagados competitivamente y la brecha educativa seguirá siendo insalvable. Lo que ha dejado en evidencia esta pandemia es lo lejos que estamos todavía de que la tecnología sea parte esencial de la educación pública.

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Publicado por Editorial

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