Estamos con Egan Bernal
Profundamente doloroso y preocupante resultó para los colombianos, y particularmente para los millones de aficionados al ciclismo, el grave accidente sufrido por Egan Bernal, sin duda alguna, el pedalista que ostenta el triunfo más importante de nuestra historia y quien, al mismo tiempo, es el prospecto más interesante para un largo futuro en las rutas del mundo. Las lesiones múltiples y serias sufridas por Bernal cortaron el aliento de todos los que nos interesamos por él y le deseamos desde ahora una pronta y completa recuperación.
Como lo hacen los buenos amigos, estamos con Egan Bernal en esta hora desafortunada, como lo estuvimos con júbilo, grandes despliegues y los más elogiosos comentarios en los momentos de su gloria en Francia e Italia, principalmente. Hoy el joven deportista ha comenzado otro tipo de carrera de largo aliento, la más difícil de todas las imaginables y es la que durante meses pondrá a prueba su cuerpo, pero también su espíritu, su mente, su templanza, para superar las etapas de su recuperación hasta regresar a las carreteras a cobrar lo que es suyo, los más grandes premios del deporte que lo verá triunfar muchas veces más.
Seguramente que al vencer el desafío que se le ha puesto enfrente, tendremos a un Egan Bernal mucho más maduro, mucho más fuerte, mucho más valiente. Pero, así como estamos y seguiremos atentos a la evolución de nuestro campeón, hemos estado siempre del lado de los demás ciclistas en Colombia, los que recorren las vías urbanas y rurales por recreación, por deporte o los que tienen a la bicicleta como su medio diario de trabajo o de transporte, pues la integridad y la vida de todos ellos está siempre en gran peligro.
Esto es así no solamente por la deficiencia de las vías que siempre se han diseñado sin considerar los vehículos más livianos, sino también por la agresividad de los conductores de carros, buses, camionetas, etc, que desprecian al ciclista y lo someten a circunstancias de alto riesgo, tanto en las carreteras como en las calles de las ciudades, donde a diario ocurren accidentes, muchos de ellos mortales. Algo más de 340 ciclistas (prácticamente uno cada día) murieron en 2021 en Colombia, una cifra catastrófica que nos motiva a pedir a los ciclistas que respeten las normas de tránsito y no se pongan en peligro en las vías y a los conductores de vehículos pesados que, en lugar de hostigar a los ciclistas, ayuden a proteger y salvar sus vidas.